16 de septiembre de 2006

Distracción avanzada, Javier Castañeda

Igual ocurre con el amor, que aprovecha cualquier distracción –como bajar a por tabaco- para desaparecer. Quizá sea cierto como diría "El último de la fila" que, "cuando la tristeza entra por la puerta el amor salta por la ventana". Sea como fuere, alerta más un armario desvencijado, abierto y vacío que, al llegar a casa, un día nos anuncia que la pareja ya no estará más; que esas relaciones muertas que día a día conviven en un presente tan apolillado como la ropa que no se usa en los armarios. En este caso, la distracción hace desaparecer una pieza fundamental que vacía de sentido toda relación, como es el amor, a pesar de que la ropa permanezca en el armario y de que todo siga tediosamente igual. (Javier Castañeda, Distracción Avanzada. La Vanguardia Digital. 15-09-2006)

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