28 de febrero de 2013

Historia, Blanca Varela

Blanca Varela
puedes contarme cualquier cosa 
creer no es importante 
lo que importa es que al aire mueva tus labios 
o que tus labios muevan el aire 
que fabules tu historia tu cuerpo 
a toda hora sin tregua 
como una llama que a nada se parece 
sino a una llama.


21 de febrero de 2013

Una brújula, Jorge Luis Borges


Todas las cosas son palabras del
idioma en que Alguien o Algo, noche y día,
escribe esa infinita algarabía
que es la historia del mundo. 

En su tropel
pasan Cartago y Roma, yo, tú, él,
mi vida que no entiendo, esta agonía
de ser enigma, azar, criptografía
y toda la discordia de Babel.

Detrás del nombre hay lo que no se nombra;
hoy he sentido gravitar su sombra
en esta aguja azul, lúcida y leve,
que hacia el confín de un mar tiende su empeño,
con algo de reloj visto en un sueño
y algo de ave dormida que se mueve.

17 de febrero de 2013

Amor mío, mi amor. Jaime Sabines

Amor mío, mi amor, amor hallado 
de pronto en la ostra de la muerte. 
Quiero comer contigo, estar, amar contigo, 
quiero tocarte, verte. 

Me lo digo, lo dicen en mi cuerpo 
los hilos de mi sangre acostumbrada, 
lo dice este dolor y mis zapatos 
y mi boca y mi almohada. 

Te quiero, amor, amor absurdamente, 
tontamente, perdido, iluminado, 
soñando rosas e inventando estrellas 
y diciéndote adiós yendo a tu lado. 

Te quiero desde el poste de la esquina, 
desde la alfombra de ese cuarto a solas, 
en las sábanas tibias de tu cuerpo 
donde se duerme un agua de amapolas. 

Cabellera del aire desvelado, 
río de noche, platanar oscuro, 
colmena ciega, amor desenterrado, 

voy a seguir tus pasos hacia arriba, 
de tus pies a tu muslo y tu costado.

16 de febrero de 2013

Carta a Mariana, Jorge Teillier

¿Qué película te gustaría ver?
¿Qué canción te gustaría oír?
Esta noche no tengo a nadie
A quien hacerle estas preguntas.

Me escribes desde una ciudad que odias
A las nueve y media de la noche.
Cierto, yo estaba bebiendo,
Mientras tú oías Bach y pensabas volar.

No creí que iba a recordarte
Ni creí que te acordarías de mí.
¿Por qué me escribiste esa carta?
Ya no podré ir solo al cine.

Es cierto que haremos el amor
Y lo haremos como me gusta a mí:
Todo un día de persianas cerradas
Hasta que tu cuerpo reemplace al sol.

Acuérdate que mi signo es Cáncer,
Pequeña Acuario, sauce llorón.
Leeremos libros de astrología
Para inventar nuevas supersticiones.

Me escribes que tendremos una casa
Aunque yo he perdido tantas casas.
Aunque tú piensas tanto en volar
Y yo con los amigos tomo demasiado.

Pero tú no vuelves de la ciudad que odias
Y estás con quien sabe qué malas compañías,
Mientras aquí hay tan pocas personas
A quien hacerles estas simples preguntas:

“Qué canción te gustaría oír,
Qué película te gustaría ver?
Y con quién te gustaría que soñáramos
Después de las nueve y media de la noche?”.

15 de febrero de 2013

Llénate de mí, P. Neruda

Llénate de mí. 
Ansíame, agótame, viérteme, sacrifícame. 
Pídeme. Recógeme, contiéneme, ocúltame. 
Quiero ser de alguien, quiero ser tuyo, es tu hora, 
Soy el que pasó saltando sobre las cosas, 
el fugante, el doliente. 

Pero siento tu hora, 
la hora de que mi vida gotee sobre tu alma, 
la hora de las ternuras que no derramé nunca, 
la hora de los silencios que no tienen palabras, 
tu hora, alba de sangre que me nutrió de angustias, 
tu hora, medianoche que me fue solitaria. 

Libértame de mí. Quiero salir de mi alma. 
Yo soy esto que gime, esto que arde, esto que sufre. 
Yo soy esto que ataca, esto que aúlla, esto que canta. 
No, no quiero ser esto. 
Ayúdame a romper estas puertas inmensas. 
Con tus hombros de seda desentierra estas anclas. 
Así crucificaron mi dolor una tarde. 

Quiero no tener límites y alzarme hacia aquel astro. 
Mi corazón no debe callar hoy o mañana. 
Debe participar de lo que toca, 
debe ser de metales, de raíces, de alas. 
No puedo ser la piedra que se alza y que no vuelve, 
no puedo ser la sombra que se deshace y pasa. 

No, no puede ser, no puede ser, no puede ser. 
Entonces gritaría, lloraría, gemiría. 

No puede ser, no puede ser. 
Quién iba a romper esta vibración de mis alas? 
Quién iba a exterminarme? Qué designio, qué? palabra? 
No puede ser, no puede ser, no puede ser. 
Libértame de mí. Quiero salir de mi alma. 

Porque tú eres mi ruta. Te forjé en lucha viva. 
De mi pelea oscura contra mí mismo, fuiste. 
Tienes de mí ese sello de avidéz no saciada. 
Desde que yo los miro tus ojos son más tristes. 
Vamos juntos. Rompamos este camino juntos. 
Ser? la ruta tuya. Pasa. Déjame irme. 
Ansíame, agótame, viérteme, sacrificarme. 
Haz tambalear los cercos de mis últimos límites. 

Y que yo pueda, al fin, correr en fuga loca, 
inundando las tierras como un río terrible, 
desatando estos nudos, ah Dios mío, estos nudos, 
destrozando, 
quemando, 
arrasando 
como una lava loca lo que existe, 
correr fuera de mi mismo, perdidamente, 
libre de mí, Curiosamente libre. 
¡Irme, Dios mío, irme!

8 de febrero de 2013

Zoom in, Flavia Ricci

Bajo esa sonrisa, vos y yo nos conocemos
Bajo esa ropa, vos y yo nos hemos visto
Bajo ese mismo techo, vos y yo hemos estado
Bajo ese deseo, vos y yo nos encontramos
Bajo esa mano, yace mi mano tranquila
Todo eso la gente que nos mira
no lo sabe
ni lo supone
ni lo sospecha
Pero vos
venís a mi encuentro
y me susurrás algo al oído
que suelta mis sonrisas indómitas
"zoom in, mi niña"
me decís sencillamente
Y sé que de todo este mundo
de toda la ropa, los techos, los deseos, las manos
vos hacés foco en mí
Y sonrío.

Ciudad

4 de febrero de 2013

Me desordeno, amor, de desordeno. Carilda Oliver Labra


Me desordeno, amor, me desordeno
cuando voy en tu boca, demorada,
y casi sin por qué, casi por nada,
te toco con la punta de mi seno.
Te toco con la punta de mi seno
y con mi soledad desamparada;
y acaso sin estar enamorada
me desordeno, amor, me desordeno.
Y mi suerte de fruta respetada
arde en tu mano lúbrica y turbada
como una mal promesa de veneno;
y aunque quiero besarte arrodillada,
cuando voy en tu boca, demorada,
me desordeno, amor, me desordeno.

Con vos, Flavia Ricci

Volemos, de la mano, con nuestras sonrisas como alas
Tocame, como si fuese la primera vez, que me tocás y tocás un cuerpo
Sentime, sentí cómo me acerco a vos
Despegate de miedos, cautelas y distancias
Acercate
Acercate a mí
Abrazame
Desnudame
Mirame a los ojos
Volá conmigo lejos
A ese lugar
Que ya no es ni tuyo ni mío
Es nuestro
Y sólo con vos,
puedo alcanzar.

Si has perdido, Roberto Juarroz


Si has perdido tu nombre,
recobraremos la puntada de las calles
más solas
para llamarte sin nombrarte.
Si has perdido tu casa,
despistaremos a los guardianes de la
cárcel
hasta dejarlos con su sombra y sin sus
muros.

Si has perdido el amor,
publicaremos un gran bando de palomas
desnudas
para atrasar la vida y darte tiempo.

Si has perdido tus límites,
recorreremos el cruento laberinto
hasta alzar otra forma desde el fondo.

Si has perdido tus ecos o tu origen,
los buscaremos, pero hacia adelante,
en el templo final de los orígenes.

Solamente si has perdido tu pérdida,
cortaremos el hilo
para empezar de nuevo.

3 de febrero de 2013

Es el mismo cielo, Hugo Finkelstein

Es el mismo cielo,
cuando te mojas por fuera
me ahogo por dentro.

Es el mismo cielo,
cuando te abraza la tarde
los rayos acarician mi pecho.

Es el mismo cielo,
cuando miras Venus,
Venus me mira.
Cuando sale la luna,
¡OH! Ráfagas divinas
de amor y de consuelo.
Se cruza una brisa
cuando apoyo mis manos
en tus senos.
Es que es el mismo cielo.

No te pregunto como estás,
yo lo sé. Lo siento.

Si acecha la tormenta
me amenazan tus vientos.

Si el sol se pone
me cubro de tus silencios.
Melancolía y Taciturna
me atenazan el cuello.

Veo amanecer,
y absorbo lo volátil del aroma
de tu cuerpo.

Baja la noche en tu cielo
y bajan mis párpados
para entregarme al sueño.
Giro y repto entre las sabanas
sediento.
Tengo hambre de tu vientre
y sed de tu boca.
Tengo caricias en mis dedos.
¡Es que es el mismo cielo!

Bebe amada en la taberna
que yo también bebo.

Baila en la tasca
disfruta la cerveza.
que yo me muevo y siento.

¡Ponle panderetas y risas a nuestro encuentro!
¿Sabes que pasa, amor?
Es el mismo cielo.

Embriágate, ríete, canta, juega
que bajo el mismo cielo...
Nada deseo más que estar a tu lado
o no estarlo...
pero sabiendo,
que ambos vivimos
bajo este mismo cielo.

Brida, Paulo Coelho

"...Después de la primera decepción, nunca más se entregó por completo.

Temía el sufrimiento, la pérdida, la inevitable separación.

Claro, estas cosas estaban siempre en el camino del amor y la única manera de evitarlas era renunciando a recorrerlo.

Para no sufrir era preciso también no amar.

Como si, para no ver las cosas malas de la vida, terminase necesitando agujerearse los ojos.

Era muy complicado vivir. Había que correr riesgos, seguir ciertos caminos y abandonar otros..."

2 de febrero de 2013

Poema 12 de "Espantapájaros", Oliverio Girondo

Se miran, se presienten, se desean,
se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfatean,
se penetran, se chupan, se demudan,
se adormecen, despiertan, se iluminan,
se codician, se palpan, se fascinan,
se mastican, se gustan, se babean,
se confunden, se acoplan, se disgregan,
se aletargan, fallecen, se reintegran,
se distienden, se enarcan, se menean,
se retuercen, se estiran, se caldean,
se estrangulan, se aprietan, se estremecen,
se tantean, se juntan, desfallecen,
se repelen, se enervan, se apetecen,
se acometen, se enlazan, se entrechocan,
se agazapan, se apresan, se dislocan,
se perforan, se incrustan, se acribillan,
se remachan, se injertan, se atornillan,
se desmayan, reviven, resplandecen,
se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
se derriten, se sueldan, se calcinan,
se desgarran, se muerden, se asesinan,
resucitan, se buscan, se refriegan,
se rehúyen, se evaden y se entregan.

1 de febrero de 2013

Luna llena, Flavia Ricci

Hay una calle recta a donde voy a soñar. Conduzco hacia allí porque sé que vas a entrar en mi mente, y sonrío. Casi me dan ganas de cerrar los ojos y pensarte, pero más me gusta atravesarla de punta a punta. Con los ojos semicerrados y una media sonrisa, que a veces se hace entera cuando hay luna llena y pienso más en vos. Miro el cielo estrellado, con estrellas pequeñitas al lado de algunas más grandes, que parecían ocultarlas. Pero todas ellas tienen, a su modo e intensidad, luz. No puedo dejar de mirar ese cielo del sur, esa calle tan clara, y siento un silencio impenetrable que no quiero interrumpir. Cierro los ojos, pongo nuestra música, sonrío. Vos estás conmigo, en mi mente. Pasan algunos minutos. Suena mi móvil, vos estás conmigo, viniendo a mí. Te espero, te extraño, te siento, te huelo. Abro los ojos: te veo, te miro. Estás en mi cuerpo. Te abrazo. Y me deshago en vos. Ni calle, ni música, ni nada. Vos y yo.