31 de enero de 2007

Diálogos de colectivo (II), Flavia Ricci

- ¿Mi hija? Sí, se fue de vacaciones, con el novio.
- ...
- Y el novio me dejó al perro, así que la que se quedó sin vacaciones soy yo.

29 de enero de 2007

Ser y estar, Flavia Ricci

A menudo se confunden los roles con las características constitutivas e indefectibles del ser humano. Escucho "soy licenciado en ...", mientras que en España, sabiamente en este caso, dicen "estoy licenciado en ...". Así, confundimos lo que significa ser una persona, ser una mujer, con ser madre, esposa, estar licenciada. Roles que una puede o no ejercer en su vida (por algo es de una la vida). Antes que nada soy una persona, luego, soy una mujer: constitutivamente, físicamente. Ahora bien, también soy madre y, para sorpresa de muchos, también estoy soltera (no soy soltera, ya he dicho que ser, soy persona y mujer). Por fortuna, solamente dos carteles nos vienen de nacimiento: ser personas y ser mujeres (u hombres). Y éste último, también está comenzando a poder cambiarse a gusto del consumidor.

27 de enero de 2007

Ser señora, Flavia Ricci

¿Qué hace (o no) que a una la llamen "señora"? ¿Está relacionado con la edad, con el estado civil, con el capricho de nuestro interlocutor? Señora es un adjetivo y como tal, responde a una "situación". Se está en situación de ser señora cuando una está casada/arrejuntada con alguien. Yo defiendo mi caracter de soltera orgullosamente, convencida de que, al no ser un sustantivo aquello de ser "señora", no pasa por tener o no hijos, ni por la edad, sino simplemente por el estado civil.

Y hablando de hijos y matrimonio, decía A. Giddens:

"Tener un hijo no tiene que estar vinculado necesariamente al matrimonio, y es una situación que se diferencia de la de épocas anteriores, donde esto parecía natural". (Anthony Giddens, La transformación de la intimidad, Editorial Cátedra, 1995).

26 de enero de 2007

15 dias en Agosto. Corto Tropofilms shortfilm

Una de las patologías urbanas presentadas por Javier Castañeda en La Vanguardia de Barcelona.

Diálogos de colectivo (I), Flavia Ricci

- Hola mi amor, sabés que tuve un accidente: me disloqué el hombro y me golpeé la cabeza. Quedé medio mal.
- ¡Uf! De la cabeza ya estabas mal, pero ¿y del hombro cómo estás?

25 de enero de 2007

Posiciones, Flavia Ricci

Si no admiro a quien tengo a mi lado, es imposible que lo tenga alguna vez debajo. No es que esto hable necesariamente bien de quienes han estado conmigo, o mejor dicho, de las personas con las que yo he decidido estar. Porque muchas veces, por entrecruces varios y variopintos, los factores que hacen a las decisiones no han tenido el mismo orden. Ahora bien, si hablamos de una continuidad, el amor sin admiración sólo es amistad.

24 de enero de 2007

¿El amor correcto en el tiempo equivocado?, Flavia Ricci


Como tenía 30' y no había almorzado, siendo las 15h30 se sirvió un café bien cargado y de máquina y pidió 2 medialunas de manteca. Se sentó mirando hacia la calle Tres Sargentos, unos 50 metros antes de que cruce Alem. El empedrado de la calle, el desnivel y la escasez de personas y personajes le permitieron saborear el café y sentirse volar, por estar en su Buenos Aires (cada vez más suyo).

La chica del presente pensó en el chico del pasado. Tal y como estaban las cosas (¿por dónde estaría él?) la chica del presente quería al chico del pasado. Pero el chico del presente no quería aquella chica del pasado. Y además, la del presente le daba igual. La chica del presente le guiñó el ojo al chico del pasado, mientras andaba por Druid Inn y volaba a Andorra y volvía a Buenos Aires y pensaba en dónde estaría el chico del pasado. Evidentemente, no podía encontrarlo ni siquiera mirando al chico del presente (comenzaba a entender muchas de las palabras que él, el chico del pasado, le había dicho alguna vez). La chica del pasado poco tenía que ver con la chica del presente. Y la de allá ni siquiera le guiñaba el ojo, estaban como peleadas las dos. La del presente, porque no tenía más opción que considerarse imbécil, pero aquello, se lo atribuía a la chica del pasado. Y a ésta no le hacía la menor gracia, por cierto.

La chica del presente buscaba y buscaba al chico del pasado, como en un Moebius infernal. El chico del presente buscó en aquel pasado, pretérito, a esa chica del presente. Pero en esa búsqueda, no había caído en la cuenta que el tiempo pasa, y que lo que deseamos a veces llega. Y a él llegó, llegó esa chica del pasado como la había deseado en ese pasado. Ahora mismo, en su presente. Pero, maldito tiempo pensó la chica del presente. Todo aquello es el pasado.

La chica del presente pensó en la chica del pasado. Y pensó en ese chico del pasado también. La chica del presente es como el chico del pasado. El chico del presente es como la chica del pasado. Tiempo. Y pensó en la frase que tantas veces la había sacado de situaciones incómodas .... (ver título de este comment).

La chica del presente miró la hora. Maldito tiempo, se levantó, pagó rápidamente y salió del bar. No quería llegar tarde, con el tiempo no se juega.

5 de enero de 2007

2007, Flavia Ricci


Separación Fase I

Y bien, después de una separación aparece irremediablemente el "podría haber elegido mejor". Uno se queda pegado a ese ideal de persona, más del lado del ideal que de la persona, más del lado de la idea que de la realidad. Es ese "no fue" el que lleva a un círculo vicioso del "por qué no me di cuenta antes".

Separación Fase II

Superada esa estapa de frustración llega una mejor: habida cuenta de los recursos, hice lo mejor. Una visión casi obligada que nada tiene que ver con la resignación de quien se conforma, sino que se acerca mejor a una visión estratégica de lo que nos toca vivir. En esta segunda etapa nos acercamos más a la realidad y vamos alejándonos del ideal. O mejor dicho, nos alejamos de la idea de que esa persona era la ideal.

Separación Fase III

No se trata de cómo vivimos, sino de lo que hacemos con lo que nos toca vivir. Elegimos. Respiramos. Respiramos una vez más dejando atrás aquello que, nos damos cuenta por fin, nos parecía ideal. La realidad, cruda o cocida, indica que no lo era. Y bien sabemos a estas alturas que una cosa es luchar por lo que queremos, y otra empeñarnos en creer que eso que alguna vez quisimos era lo mejor.

Respiramos, miramos hacia los lados .... Ops!! ¿Qué es toda esa gente? ¿Qué es todo ese Buenos Aires remixed? ¿De dónde salieron de repente esas sonrisas picarescas de la mesa de aquel bar?

Otra vez el tiempo es nuestro, todo entero. Respiramos .... pasa el año y ya no hablamos de "cuando él y yo el año pasado", sino que tenemos que remontarnos en el mejor de los casos al 2005.

Y ... a decir verdad .... con tanto 2007 por delante ¿es necesario acudir al archivo?

Feliz 2007 para todos.