31 de octubre de 2008

Mudarse, Flavia Ricci

Cuando apoyaba el pie para dar un paso, le resultaba imposible apoyar la planta del pie, se quedaba en un posición tensa, apoyada sólo en la parte delantera de sus extremidades, los dedos llegaban a agotarse y ella les exigía mantenerse firmes. Daba un paso, pero ese paso estaba dado a la mitad.
Hasta que una vez dio un paso al 100%, apoyó todo su pie y sintió casi instantáneamente cómo descansaba todo el peso de su cuerpo sobre ese pie derecho en la arena. Antes de apoyar el otro decidió dar una patada, ligera pero firme, a ese escollo que sólo le hacía perder el tiempo. Nueva etapa. Muda ... mujer.

Amor de mi vida, Flavia Ricci

"I was in your arms
Thinking I belonged there
I figured it made sense
Building me a fence
Building me a home
Thinking I'd be strong there
But I was a fool
Playing by the rules"





29 de octubre de 2008

Slipping through my fingers, Flavia Ricci

Grecia + una madre + una hija a punto de casarse. Para vos, mi Zoe !!!

"Sometimes I wish that I could freeze the picture
And save it from the funny tricks of time
Slipping through my fingers" ...


27 de octubre de 2008

Cangrejo, Flavia Ricci

Creyó que los congrejos avanzaban poco y nada, pero aquella noche comprendió que dar un paso al costado también podía significar avanzar. Avanzar sin decir nada, avanzar reflexionando, avanzar mirando de reojo: avanzar. Paso al costado, pensando en vez de tanto hacer. Y una enorme sonrisa emanó de su cara. Y pudo irse a dormir antes que él, o junto con él, que es aun mejor.

26 de octubre de 2008

Pistas, Flavia Ricci

Sacate la máscara de las letras y mostrame, nuevamente, cómo sos. Sacate la máscara de los libros, de los números, de las vueltas de la gramática y la semántica que quiero redescubrir tu verdadero idioma.

No quiero que cada cosa que me contás sea un recorrido desde la punta de la "a" hasta su extremo y desde la punta de la "r" hasta su final, para descubrir que querés decir "amor". Yo también quiero decirlo, pero no me atrevo a pronunciarlo, yo también casi lo escribo, pero nunca hago "enviar". Yo también lo leo y releo, pero luego lo borro de la notebook. Es lindo leerlo y sería hermoso poder decírtelo, sabés?

Por eso, como si fuese un duelo de esgrima yo voy despacio con mi espada quitando lentamente la montaña de palabras en donde nos hemos sumido, quitando una a una las letras, sus formas, la semántica, gramática y hasta la sintaxis y la ortografía. Porque entiendo que hamor y amor significan lo mismo.

Aunque tené cuidado, porque vos y voz no son lo mismo, ni echo o hecho. Ya ves, las trampas de este idioma tan rico, tan rico como vos. Y tan lleno de letras, de silencios y de vueltas.

25 de octubre de 2008

Más de Pedro Salinas

LA VOZ A TI DEBIDA
Versos 702 a 739

¡Sí, todo con exceso:
la luz, la vida, el mar!
Plural todo, plural,
luces, vidas y mares.
A subir, a ascender
de docenas a cientos,
de cientos a millar,
en una jubilosa
repetición sin fin,
de tu amor, unidad.
Tablas, plumas y máquinas,
todo a multiplicar,
caricia por caricia,
abrazo por volcán.
Hay que cansar los números.
Que cuenten sin parar,
que se embriaguen contando,
y que no sepan ya
cuál de ellos será el último:
¡qué vivir sin final!
Que un gran tropel de ceros
asalte nuestras dichas
esbeltas, al pasar,
y las lleve a su cima.
Que se rompan las cifras,
sin poder calcular
ni el tiempo ni los besos.
Y al otro lado ya
de cómputos, de sinos,
entregamos a ciegas
—¡exceso, qué penúltimo!—
a un gran fondo azaroso
que irresistiblemente
está
cantándonos a gritos
fúlgidos de futuro:
«Eso no es nada, aún.
Buscaos bien, hay más.»

24 de octubre de 2008

Brazos y abrazos, Flavia Ricci

Yo no puedo más que sonreír, vos me hacés sonreír, cuando estamos lado a lado extasiados en la cama y giro la cabeza hacia vos antes de que tus brazos vayan en busca de mi cuerpo, y me abraces, y yo me deje abrazar, hombre pulpo. Cierro los ojos sonriendo boca arriba y giro una vez más mi cara hacia vos, desprendiéndome parcialmente de tu abrazo para verte y mirarte y admirarte. Y entonces es cuando verdaderamente te veo: allí, dentro de los contornos de tu cuerpo aparece todo aquello que me fascina en vos, cariño, inteligencia, diversión, serenidad, expresiones, jergas, formas de ser, sutileza, compañerismo, lealtad, honestidad. Como una radiografía en rayos X puedo verlo todo en vos. Y entonces, sin que se me haya borrado una sola vez la sonrisa, vuelvo a abrazarte, vuelvo a elegirte, vuelvo a hacerte el amor una y otra vez.

Nunca es siempre todavía, Flavia Ricci

Trabajé durante casi 5 años en una empresa barcelonesa cuyo isologo era un cangrejo. Avanzar de lado. Avanzar. Hace unos años vi la película 5x2, del gran François Ozon, en donde la trama transcurre de atrás hacia adelante y se puede observar el deterioro de una pareja joven. Creo que el impacto es mayor porque comienza por el divorcio para terminar en el matrimonio. Entonces uno termina preguntándose cómo terminaron en eso (divorcio) si había tanto amor, en lugar de afirmar que el matrimonio es la primera causa de divorcio. Es sin dudas una apelación al optimismo porque comenzando por la ruptura y terminando en el enamoramiento una puede decir "¿por qué no?".

A mí me pasa algo parecido. Miro mi vida de atrás hacia adelante, pienso, reflexiono y veo que una relación no tiene por qué terminar en "divorcio". En vez de mirar lo malo que hizo que terminemos una relación, comienzo por el final y voy hacia el principio, despojando cada vez más a esa relación de sus cosas "feas" hasta llegar al éxtasis típico de cuando me enamoré. Y luego la repaso de adelante hacia atrás y veo otras cuestiones, es como ir a pelo y contrapelo.

Para con todo esto descubrir que todo está allí, y que nunca es siempre todavía.

23 de octubre de 2008

I Can See Clearly Now, Bob Marley

Anoche en casa me decías que hay cosas que lastiman y cosas que duelen. Sutil diferencia, mi chico sutil. Y se me ocurrió que esta canción dice bastante de lo que me ha pasado en este 2008 ... Gracias, con S mayúscula.





I can see clearly now


I can see clearly now, the rain is gone,
I can see all obstacles in my way
Gone are the dark clouds that had me blind
It's gonna be a bright (bright), bright (bright)
Sun-Shiny day
It's gonna be a bright (bright), bright (bright)
Sun-Shiny day

Oh yes I can make it now, the pain is gone
All of the bad feelings have disappeared
Here is the rainbow I've been prayin' for
It's gonna be a bright (bright), bright (bright)
Sun-Shiny day

Look all around, there's nothin' but blue skies
Look straight ahead, nothin' but blue skies

I can see clearly now, the rain is gone,
I can see all obstacles in my way
Here is the rainbow I've been prayin' for
It's gonna be a bright (bright), bright (bright)
Sun-Shiny day
It's gonna be a bright (bright), bright (bright)
Sun-Shiny day
bright (bright), bright (bright)
Sun-Shiny day
It's gonna be a bright (bright), bright (bright)
Sun-Shiny day
It's gonna be a bright (bright), bright (bright)
Sun-Shiny day

21 de octubre de 2008

Lado positivo, Flavia Ricci

Las separaciones tienen su lado positivo. Mi casa, por ejemplo, se ha convertido en una caja de sorpresas. No sólo pasé varios meses sin ocupar el 100% del armario (¿pensaría que íbamos a volver? ¿no quería asumir la realidad? ¿tan despistada soy?), sino que cuando decidí hacer espacio descubrí artilugios que desconocía que seguían allí: ropa, recuerdos, cosas comunes. Entonces una no sabe si tirar todo aquello dando por finalizada una relación que no iba a ningún sitio, o bien guardarlo todo por una cuestión de aprecio a lo que fue (ya lo decía Manrique, "todo tiempo pasado fue mejor"). Y hay un tercer especimen de hombre o mujer: aquella persona que decide quedarse con pertenencias de su ex para tener una excusa para contactarlo. Yo soy del especimen más pragmático: tiré todo en el contenedor de abajo.

Pero a veces siguen cobrando vida los objetos en casa: de repente una mesa parece desarmarse, deja de ser roja y veo las tablas de madera sin cortar, lisas y marrones en aquella maderera de la Av. Cabildo. Cierro los ojos y escucho hablar en una jerga de carpinteros y artesanos que desconozco. Abro los ojos y allí está la mesa, con sahumerios encima, tan quieta y roja.

Ahora que leo libros de rol, imagino no sólo los personajes que atrapan en todo momento, sino a su lector. Una persona inteligente, paciente, con memoria, sistemático y sobre todo fantástico. Así que imagino ese lector de libros de rol con sus ojos brillantes por la ansiedad, deglutiendo noche a noche y día a día esas páginas, memorizando personajes para darles vida una vez más fuera de las hojas. Definitivamente más que leer libros de rol, lo mío sería que alguien me contara historias. Temo que en cualquier momento de mi cama emerjan diversos gnomos o dragones de las tierras medias.

Pero todo esto, como decía, tiene su lado positivo, porque sueño cada noche como una niña pequeña. Y hasta he vuelto a creer que mi Príncipe, ese único Príncipe que tuve la suerte de conocer, regresa por mí una noche desde un libro de rol.

Marina, Carlos Ruiz Zafón

"Durante años he huido sin saber de qué. Creí que, si corría más que el horizonte, las sombras del pasado se apartarían de mi camino. Creí que, si ponía suficiente distancia, las voces de mi mente se acallarían para siempre (...) A veces dudo de mi memoria y me pregunto si únicamente seré capaz de recordar lo que nunca sucedió. Marina, te llevaste todas las respuestas contigo".

Duelo, Flavia Ricci

Me estoy despidiendo, me estoy despegando. Pensando bien los pasos, pensando antes de actuar. Estoy en medio de un duelo, pero no un duelo porque estemos en guerra vos y yo (jamás lo estuvimos). Este duelo es para despegarme definitivamente de vos, porque te llevo tan encima de mí que hasta una vez quise que fueses parte de mi vida para siempre. Hay un número casi parecido de cosas que me hacen recordarte y olvidarte:

Me acordé de tu amor
Me acordé de nuestros proyectos
Me acordé de nuestro sexo
Me acordé de nuestras tardes calurosas
Me acordé de nuestras risas
Me acordé de tus lecturas
Me acordé de tu decisión
Me acordé de tus manos
Me acordé de tu valentía
Me acordé de tu generosidad
Me acordé de tu sinceridad

Pero en este duelo
también

Me acordé de tus dos caras
Me acordé de tus mentiras
Me acordé de tu imagen
Me acordé de tus desconfianzas
Me acordé de tus ocultamientos
Me acordé de tus dos personalidades
Me acordé de tus angustias
Me acordé de tu falsedad
Me acordé de tus vueltas
Me acordé de tus inseguridades
Me acordé de tus histerias
Me acordé de tu mutismo
Me acordé de tu cinismo

Y entonces por fin
por fin

Pude olvidarte.
DUELO.

20 de octubre de 2008

Noches en Núñez, Flavia Ricci

Estoy ya en casa cuando vos regresás. Hablamos, reímos, yo me acostumbré a mi rutina de café Oma o Juan Valdez y últimamente a los tés de vainilla más que nada por su aroma. Hablamos, escribo. Escribo mientras me ves para que no extrañes verme escribir, vos que sos uno de los que demandan que "escriba". Y luego te vas a dormir, siempre antes que yo. Y yo me quedo cantando, bajito, alguna canción que me detiene a medio camino entre mi escritura y la cama. Bebo más café, o té, y camino por el piso descalza en esta primavera porteña. Salgo al balcón, adivino que dormís, y regreso a escribir. Estoy empezando a descubrir que la imagen que veías de mí, eran mi verdadero yo. Y eso que aquella noche estaba convencida de que no era así y te lo dije. Ahora, cuando te veo y me mirás, no me queda alternativa más que reírme y darte la razón. Sabés que todos los hombres ladran a mis espaldas. Y yo me los saco de encima y te sonrío, hombre suspicaz, hombre que echa de menos que yo escriba si no lo hago cada noche.

17 de octubre de 2008

Muda, Flavia Ricci

Querido vos,

Después que te fuiste, bastante después, nuestros sentimientos vinieron a pedirme explicaciones. Me pregunté por qué a mí, por qué si en toda relación por lo menos hay dos. Pero ellos, decididos, me interpelaron no sólo una, sino muchas noches. Intenté escaparme, intenté mirar a los lados, intenté hacer otras cosas, pero ellos ahí, firmes, pidiéndome explicaciones. Yo quería y no quería recordar. Quería porque aquellos meses fueron movilizantes, mágicos, fascinantes. Y a mi vez no quería recordarlos porque era mucho el contraste entre aquello y esto. Suena raro esto que voy a decirte, pero aunque el vacío se defina como aquello que no contiene nada, te aseguro que el vacío que dejaste en mi vida tiene un contorno muy definido, y casi puedo verte cada noche a mi lado, en nuestra cama, aunque no pueda abrazarte.
Querido vos, he intentado hasta donde he podido continuar sin vos, pero me he dado cuenta que no sólo no es lo mismo, sino que en un momento dado, más allá de las personas que conozcamos, de nuestras amistades, ocupaciones y demás felicidades, la vida nos pone cara a cara con nuestros pendientes. Y vos, querido vos, sos un pendiente porque esta vida canalla y estas circunstancias por las que tuvimos que pasar como pudimos no me han permitido demostrarte que una y otra vez te elegí y te volvería a elegir a vos.
Así que, cuando nuestros sentimientos han venido cada noche a buscarme, yo tenía ganas de enviarlos a tu casa a que te fastidiaran de la misma forma a vos. Pero al final no lo hacía, me quedaba en silencio en el balcón imaginando la misma perspectiva que vos tuviste alguna vez cuando miraste Buenos Aires desde el mismo sitio. Y tocaba y toco cada cosa que me rodea como si la reconociera, ahora que la ausencia de que no estés me ha dejado sumida en un redescubrimiento de mí misma.
Entonces, aunque no quiera te colás varias noches a la semana entre mis sueños. Y allí estás. Vaya idiotez, podrás decir, sueña conmigo y ya. Pues yo me contento y me alegra la vida (vos me la alegrás) cuando siento que he logrado aquello que antes no podía: soñar con vos. Acordate cuando vos respirabas de mi propia respiración y no te apartabas un centímetro de mí, hombre-lapa, increíblemente cariñoso. El hombre de las manos del artesano admirable.
He vivido estos meses con esas energías, escasas tal vez, pero suficientes para ir dosificándolas y que me alcanzaran para sobrevivir al vacío de estar sin vos. Y creo que llegó este punto en el que se me han acabado. Recuerdo una y otra vez cosas que quisiera decirte, porque el único destinatario sos vos. Y porque creo que sos el único que las entendería. Y al final, quién iba a decirlo, me callo. Y entonces llegan nuestros sentimientos, que creo que a estas alturas son sólo míos. Y me miran, y me interpelan, y me empujan a hacer algo. Y yo los miro, seria, luego triste, y sólo puedo llorar. Llorar tu ausencia, mi querido vos.

14 de octubre de 2008

Apelación ante la falta de inspiración, Flavia Ricci

¿Hasta cuándo? ¿Cuándo me saldrán palabras que además quiera leer y releer? No lo sé. De momento sólo puedo decir que me quedo mirando, pensando, buscando espacios y tiempos de hacerlo. Pero siempre hay algo que sobrevuela mi cabeza y me quita ese espacio y ese tiempo. Cerrado. Así me dejaste. Pensando. Deseando recordar mis años pasados, todos, hasta los que no quiero recordar. Recordando pedazo a pedazo tu cuerpo, los viajes, las hamacas, los helados, los mares, las sierras, los sexos, las noches, los amigos, los amantes, los miedos, los amores. Y mi gran amor, que va y vuelve, que vuelve y va. Y yo lo recuerdo siempre, hasta sin quererlo recordar.