30 de julio de 2015

Abrazos, Flavia Ricci

Necesito
una palabra
por ejemplo
azul
o verde
acantilado
o sol
arena
o playa
sonrisas
o miradas.
Pero pido,
solamente,

abrazos.




4 de julio de 2015

De ángeles y tiempo, Blanca Sandino

Reconozco esa voz que habla del mar: 
me llega desde donde la luz, lejanísima ya, duplica la estatura de mi sombra.
Reconozco esa voz que me reclama 
para mostrarme en el ácimo espejo de las olas 
la cruz con la que un ángel libró de todo mal mi nombre, 
antes de que el granito pregonara ufano su dureza; 
y antes, mucho antes, de que se doblegara al tesón del tiempo, y de las gotas. 

(Hablo de un tiempo tan remoto, como la edad sin tiempo del insecto.) 

Oigo tu voz. Sé que me llama, me apresuro. Y desde allí 
-tú pléroma, yo arjé-, desde el hambre más honda, 
puedo invocar tus manos, el secreto del fuego, la fuerza de los vientos, la pericia del agua, 
y el asperón redondo y fino de la tierra que habito. 

(Me abrasa la sed sin compasión de las salinas 
y padezco la ceguera de quien año tras año espera que germine la semilla: mas reconozco tu voz. 
Puedo. Es más de lo que quise, mucho más). 

Por eso, nada ofrezco que el corazón no sepa contener: 
yo intuyo el mar cuando aún es imposible sentirlo, 
y tú... cuántas y cuántas veces invento que me quieres, 
y que podrías hallar, si los buscaras, trocitos de pizarra entre mis dedos. 





1 de julio de 2015

Sr. Silencio, Flavia Ricci

Pero
de qué sirven todas mis historias
si para vos son solamente palabras.
Y de qué sirven mis sonrisas
si para vos son pasatiempo.
Y de qué sirve lo que intento decirte
si no llegás a escucharme.
Y de qué sirven mis miradas
si no sabés de qué color son mis ojos.
De qué sirve tratar de explicarte
que tiene mucho de explicarme
si cómodamente te vas.
Vislumbro un no
luego de tu pregunta
pero aun así digo que sí
con los ojos entrecerrados
y los oídos atentos.
Viene el golpe bajo
de
tu
ausencia.
Y el vacío.
Miro de lado
al
no
Y quizás por miedo
le tomo
la
mano.