30 de abril de 2017

El vino que yace en la copa, Flavia Ricci

De las charlas, de observarte, de la noche, de los recuerdos. Vinos que se abren, porque viniste. De las comidas, de las sonrisas, de poder decir sin temor, de poder desnudarme sin abandonos, de copas que se rozan en un brindis. De ganas de bailar. De Física, de Química, de sentirte como una columna: ahí firme. De las convicciones. De todo por delante, y también de los recuerdos que bailan en la memoria sin dar tregua al olvido. De la comprensión. De abrir los ojos.

Deshago el camino que hice al despedirte y miro todo como por primera vez. De vinos abiertos y por abrir.

Tomo a la mañana siguiente esa copa: miro el vino que yace en la copa. Lo bebo. Cierro los ojos. Dicen que el aire le da otro sabor al vino, yo creo que es el tiempo y la compañía. El vino que yace en la copa. La copa que acoge al vino, con una marca que fija el límite. Hasta dónde bebimos. Hasta dónde dejamos de beber. Hasta dónde quedó allí el vino y hasta dónde hoy sabe diferente. El vino que yace en la copa al día siguiente. En una especie de desuso. Vino que marca en esa copa hasta dónde.

Vino. Del verbo venir.





19 de abril de 2017

Dentro, Flavia Ricci

Desde que te conocí todo en mi vida sigue su curso. Nada ha cambiado. Excepto que me lo paso pensando en vos. Eso, y todos sus derivados, es lo que cambió. Por lo demás todo sigue igual. Pero vos, únicamente vos, mágicamente vos, dentro muy dentro de mí. Cada día.