26 de marzo de 2013

Cuando estemos de nuevo con nosotros..., J. Debravo


Cuando estemos de nuevo con nosotros
contándonos los gestos,
cuando estemos hablando de las gentes
a quienes más queremos,
quédate, por favor, mirando el surco
que dejan tus dos ojos en mis huesos.

Y dame lo que puedas de tu alma,
lo que no necesites de tu afecto,
lo que logres sacar sin sacrificio
de tu casa de sueños.

Yo tomaré, de fiesta, lo que quieras,
aunque sea el milagrillo más pequeño.
No es que yo sea mendigo,
es que cualquier amor es amor bueno.



25 de marzo de 2013

Sobre las personas agradecidas, Sándor Márai

Sándor Márai
"No he conocido a nadie que fuera capaz de alegrarse como ella de las cosas sencillas de la vida: personas y animales, estrellas y libros, todo le interesaba, y su interés no se basaba en la altivez, en la pretensión de convertirse en experta, sino que se aproximaba a todo lo que la vida le daba con la alegría incondicional de una criatura que ha nacido al mundo para disfrutarlo todo. Como si estuviera en conexión íntima con cada criatura, con cada fenómeno del universo... ¿comprendes lo que quiero decir? Claro, seguramente lo comprendes. Era directa, espontánea y ecuánime, y también había en ella humildad, como si sintiera constantemente que la vida es un regalo lleno de gracia.” 


24 de marzo de 2013

Divorcio en Buda, Sándor Márai

“¿Qué significa 'amar'? Durante años he pensado que significa conocer a la otra persona..., conocerla perfectamente, con todos sus secretos; conocer cada rincón de su cuerpo, cada reflejo; conocer a fondo su alma, cada una de sus emociones... Quizás sea eso, quizás conocer sea lo mismo que amar. Pero eso sólo es una teoría. Después de todo, ¿qué quiere decir conocer? ¿Cuánto se puede conocer a un ser humano? ¿Hasta dónde se puede seguir a un alma desconocida? ¿Hasta sus sueños? ¿Y luego adonde? No se puede acompañar a nadie a su inconsciente. Ni siquiera es necesario esperar a que ella cierre los ojos, se despida de mi y se retire a ese otro mundo, al mundo que llamamos de la noche... Porque existen dos mundos y uno está más allá del espacio conocido en el que vivimos, y quizás en ese otro mundo vivamos de manera más real que en el espacio y en el tiempo...Ahora ya sé con certeza que hay otro lugar que es sólo nuestro, la propiedad privada de cada uno. (...) Aunque todavía sigo sin saber lo que significa amar... ¿Acaso se puede saber? ¿Y de qué sirve saberlo? No tiene nada que ver con la razón. Seguramente el amor es algo más que el conocimiento. Conocer a alguien no es mucho, tiene unos límites... Amar debe ser algo parecido a seguir el mismo ritmo, una casualidad tan maravillosa como si en el universo hubiese dos meteoros con la misma trayectoria, la misma órbita y la misma materia. Una casualidad tal que no se puede ni calcular ni prever. Tal vez ni exista siquiera (...) Dos personas a las que les gustan las mismas comidas y la misma música, que caminan al mismo ritmo por la calle y que se buscan al mismo ritmo en la cama: quizás sea eso el amor ¡Qué cosa mas rara debe de ser! Como un milagro... Yo imagino que los encuentros de ese tipo deben de ser místicos. La vida real no se basa en tales probabilidades. Creo que las personas que siguen el mismo ritmo, que segregan sus hormonas al mismo tiempo, que piensan lo mismo de las cosas y lo expresan con palabras idénticas... bueno, creo que eso no existe. Una de las dos será más lenta y la otra mas rápida, una es tímida, la otra osada, una ardiente, la otra tibia. Así es como hay que tomar la vida, los encuentros... Hay que aceptar la felicidad así, en su estado imperfecto.” 


23 de marzo de 2013

Palabras y silencios, Flavia Ricci

Después, cuando ya se había marchado para siempre de mi vida fue cuando me enamoré realmente de él. Sus amigos lo nombraban, los míos también, nuestros amigos, esos que teníamos en común producto de nuestros años de convivencia susurraban a escondidas su nombre y lo que hacía, como cuidándome de escuchar. Después, mucho después de que él se había marchado, descubrí por casualidad todo lo que había hecho: pequeños actos de amor premeditados, otros espontáneos, que jamás había descubierto. Porque para llegar a esa sonrisa que me arrancaba a diario, él había pensado profundamente en cómo era yo. Después, mucho después de que él se marchó descubrí que aquellos amigos sabían de su amor por mí, de lo que le brillaban los ojos cuando me mencionaba, de sus planes conmigo, de sus miedos de hombre, de su temor a perderme, de no volverme a encontrar. Me enteré de su amor por mí, su gran amor, debido a lo que de mí había hablado con los demás, no conmigo.

Después, fue mucho después. Justamente cuando poco quedaba de mi amor por él. Justamente en ese momento una catarata de amor me volvió, cuando descubrí todo lo que me había querido sin decírmelo casi. Él había preferido hablarme casi con devoción de todos quienes nos rodeaban y yo me limitaba a escucharlo. Y poco a poco fui descreyendo de su amor por mí, pensando por qué jamás tenía palabras si fluía tanto amor.

Me enamoré un día de un hombre que ahora creo que era muy parecido a él, a quien se fue de mi vida. Pero me enamoré porque sabía hablar de mí, de él, de nosotros. Y yo veía cómo le brillaban los ojos, como mi admiración por él era similar a la que él sentía por mí, y las palabras de amor iban y venían entre él y yo. Me enamoré porque sentí que debía agradecerle a la vida por estar con él. Y fue en ese momento que, mirándome directamente a los ojos me dijo sonriendo "gracias a vos". Me enamoré. Y descubrí entonces que los dos eran muy parecidos, pero uno tenía gestos y palabras. El otro oscuros silencios.


El imitador de Dios, Luis Lozano

"Ya no creo que narrando ciertos hechos, poniéndolos fuera de uno, podamos comprender la razón por la que sucedieron. Me parece, más bien, que apenas llegamos a contar lo poco que podemos de ese todo inabordable que es cualquier experiencia humana".

13 de marzo de 2013

"Lo que a tu lado fui ...", Flavia Ricci

Anónima

Brazos, muchos brazos que vienen hacia mí
Ojos abiertos de par en par
Sonrisa de lado
Sábanas, camas
Besos vacíos
Me decís que te vas
Te pregunto por qué viniste.


Ella

Llevate mis sueños
Te dejo mis besos
Igual, siempre anduve sola
Incluso estas veces
No vengas, no llames
Miro hacia atrás por última vez
Tanto te quise
Que me perdí
Y vos, tan poco me amaste
que me perdiste
para siempre
no puedo aferrarme
de alguna forma te caés
Te escurrís
con curvas peligrosas
que para mí
que voy tranquila por el camino
suena kamikaze
No me interesan tus miedos
Clavaste una navaja en mí
Alguna vez tenía que pasar(me)
Y vos también vas a pasar
A pasar de largo por mi vida
Porque no quiero que sigas clavando
tus miedos en mí,
ni tus curvas peligrosas.

Hoy

Es noche de medias sonrisas
De brazos abiertos
Me voy a ese lugar
Que parece un túnel
Lamento entrar
Que no haya vuelta atrás
Que aparezcan las mentiras
Más medias sonrisas
Que ocultemos
Yo que aposté todo

Pero debo hacerlo
Debo pasarlo, debo enfrentarlo
Tantas veces con vos me negué
Pero necesito las manos
Los abrazos
Los besos
La certeza de no saber nada
de perderme
pensando en la isla
En quien siempre me rescataba
del túnel de las incertezas
¿Dónde estás?
¿Por qué en algún momento me dejaste?
Con tanta crueldad, que ni siquiera me di cuenta
Tan confiada en estar con vos para siempre.