24 de enero de 2007

¿El amor correcto en el tiempo equivocado?, Flavia Ricci


Como tenía 30' y no había almorzado, siendo las 15h30 se sirvió un café bien cargado y de máquina y pidió 2 medialunas de manteca. Se sentó mirando hacia la calle Tres Sargentos, unos 50 metros antes de que cruce Alem. El empedrado de la calle, el desnivel y la escasez de personas y personajes le permitieron saborear el café y sentirse volar, por estar en su Buenos Aires (cada vez más suyo).

La chica del presente pensó en el chico del pasado. Tal y como estaban las cosas (¿por dónde estaría él?) la chica del presente quería al chico del pasado. Pero el chico del presente no quería aquella chica del pasado. Y además, la del presente le daba igual. La chica del presente le guiñó el ojo al chico del pasado, mientras andaba por Druid Inn y volaba a Andorra y volvía a Buenos Aires y pensaba en dónde estaría el chico del pasado. Evidentemente, no podía encontrarlo ni siquiera mirando al chico del presente (comenzaba a entender muchas de las palabras que él, el chico del pasado, le había dicho alguna vez). La chica del pasado poco tenía que ver con la chica del presente. Y la de allá ni siquiera le guiñaba el ojo, estaban como peleadas las dos. La del presente, porque no tenía más opción que considerarse imbécil, pero aquello, se lo atribuía a la chica del pasado. Y a ésta no le hacía la menor gracia, por cierto.

La chica del presente buscaba y buscaba al chico del pasado, como en un Moebius infernal. El chico del presente buscó en aquel pasado, pretérito, a esa chica del presente. Pero en esa búsqueda, no había caído en la cuenta que el tiempo pasa, y que lo que deseamos a veces llega. Y a él llegó, llegó esa chica del pasado como la había deseado en ese pasado. Ahora mismo, en su presente. Pero, maldito tiempo pensó la chica del presente. Todo aquello es el pasado.

La chica del presente pensó en la chica del pasado. Y pensó en ese chico del pasado también. La chica del presente es como el chico del pasado. El chico del presente es como la chica del pasado. Tiempo. Y pensó en la frase que tantas veces la había sacado de situaciones incómodas .... (ver título de este comment).

La chica del presente miró la hora. Maldito tiempo, se levantó, pagó rápidamente y salió del bar. No quería llegar tarde, con el tiempo no se juega.

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