Tournier, Tournier ... regresa con el tiempo. Ya citado en este blog, aquí otro pasaje de su hermoso libro El Rey de los Alisos, que por estos días devoro con los ojos:
"Cuando Rachel me abandonó, me lo tomé a la ligera. Además, aun considero esta ruptura sin gravedad, e incluso benéfica desde cierto punto de vista, porque estoy convencido de que abre la puerta a grandes cambios, a grandes cosas. Pero hay otro yo, el yo viscoso. Éste, al principio, no entendió la ruptura en lo más mínimo. Lo cierto es que nunca entiende nada de buenas a primeras. Es un yo torpe, rencoroso, humoral, siempre bañado en lágrimas y semen, pesadamente aferrado a sus hábitos, a su pasado. Le hicieron falta semanas para comprender que Rachel no volvería. Ahora lo entiende. Y llora. En el fondo de mí mismo, como una herida, llevo a este ser ingenuo y tierno, un poco sordo, un poco miope, que se deja engañar fácilmente y tarda tanto en reaccionar ante la desgracia".
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