25 de agosto de 2008

Clara, Flavia Ricci

Dijo que sí cuando hubiese tenido que decir no, dijo que no cuando hubiese tenido que decir que sí. Y entre medio de tanta velocidad eligió el silencio. Silencio. Las palabras sin voz, palabras al fin. La catarata de emociones. Emociones al/por fin. La sensación de "no te vayas, quedate", de que todo está por escribirse, del abrazo que hace que nos aturdamos de amor y todo lo demás se pierda, darnos cuenta, en resumidas cuentas, que algo nos pasa con alguien. Y mirar de reojo y querer que sea mutuo. Silencio. Siento en silencio. No digo nada en voz alta ni dejo más que tímidas pistas que tal vez hasta pasen desapercibidas. Sentirme elegida. Sentir que aunque no sepas a ciencia cierta qué me pasa, intentes acercarte. Y aunque no hayas terminado de conocerme quieras empezar a explorarme. Que elijas, que te acerques, tímido tal vez, pero seguro, de a poco tal vez, pero firme en tu propósito. Porque tantas veces tuve que decirte que sí, porque tantas fueron las que queriéndote hacer sentir seguro yo era la que no sabía que elegí el silencio, palabras sin voz. Pensarte, verte aunque no te mire, sentir tu omnipresencia en mi mundo de hoy, de antes. Sentarme a revivir ese momento en que de repente, como una catarata de sentimientos me quedé sin voz, con un nudo en la garganta, con los ojos perdidos y el temor de qué iba a pasar. Desconcertada porque el futuro te incluia, temerosa desde esa noche de perderte, feliz por haberte encontrado, vos bajaste las escaleras, yo te miré de repente y me encontré con tus ojos. Tampoco querías marcharte. Nos sentamos, uno al lado del otro. Mirando el suelo nos dijimos cosas pasajeras y yo pensaba "ojalá no te vayas". Me abrazaste, y todas las palabras se me fueron por la borda, dejé de escuchar, dejé de ver. Regresando en taxi a casa te miré con una mirada cómplice. Qué bueno fue aquello, toda esa energía. Afortunadamente, siempre está todo por escribirse. Silencio.

No hay comentarios.: