18 de septiembre de 2008

Hombres, Flavia Ricci

Te acabo de cruzar, por Alem. Puede ser ibas leyendo?

Sí, uno de mis defectos es caminar por Alem sitiendo el viento de Puerto Madero sacudir mis rulos rumbo a Plaza San Martín, con uno o varios libros en la mano que no puedo esperar a leer.

Era yo, sí ¿No me digas que pasé de largo?

Miro hacia todos lados?
Sigo mi camino?
Sigo mi camino mirando hacia todos lados?


Te veías linda, lástima me di cuenta tarde. Estoy muy quemado del trabajo. Espero verte pronto. Beso.

No sé si te habrás dado cuenta tarde que me veía linda o que me habías cruzado por Alem, en todo caso el conjunto brisa, libros, piropos me hizo bien. Y me recordó a las anécdotas de Alem con esos hombres de traje que trabajan en Catalinas.

En eso estaba pensando cuando llegaron unos acordes de guitarra criolla desde una de las habitaciones de mi casa. Y pensé qué hermoso suena,

y me quedé disfrutando esa musiquilla
y pensé que ya estamos en primavera
y pensé en vos, como cada día.

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