2 de marzo de 2015

Aprendizaje o el libro de los placeres (fragmento), Clarice Lispector

-¿Todavía no te has acostumbrado a vivir? –preguntó Ulises con intensa curiosidad. 
-No.
-Entonces es perfecto. Eres la verdadera mujer para mí. Porque en mi aprendizaje falta alguien que me diga lo obvio con aire extraordinario. Lo obvio, Lori, es la verdad más difícil de ver –y para no hacer solemne la conversación agregó sonriendo- ya Sherlock Holmes lo sabía.
-Pero es triste ver solamente lo obvio como yo y encontrarlo raro. Es tan raro. De repente es como si abriera mi mano cerrada y dentro descubriera una piedra: un diamante irregular en estado bruto. Oh Dios, ya ni siquiera sé lo que estoy diciendo.
Permanecieron en silencio.
-Nunca había hablado tanto –dijo Lori.
-Conmigo hablará toda tu alma, aún en silencio. Yo hablaré un día mi alma toda, y no nos agotaremos porque el alma es infinita. Y además de eso tenemos dos cuerpos que serán para nosotros un placer alegre, mudo, profundo.
Lori, ante la sorpresa encantada de Ulises, se ruborizó.

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