30 de mayo de 2008

Encender una hoguera, Jack London

Con este frío polar que llegó a Buenos Aires esta semana, recordé al genial Jack London y sus incomparables descripciones del frío y la dureza de la vida en la cotidianeidad. Aquí va ... disfrútenlo al calor de un buen café, o de un abrazo, o de ambos:




Acababa de amanecer un día gris y frío, enormemente gris y frío, cuando el hombre abandonó la ruta principal del Yukón y trepó el alto terraplén por donde un sendero apenas visible y escasamente transitado se abría hacia el este entre bosques de gruesos abetos. La ladera era muy pronunciada, y al llegar a la cumbre el hombre se detuvo a cobrar aliento, disculpándose a sí mismo el descanso con el pretexto de mirar su reloj. Eran las nueve en punto. Aunque no había en el cielo una sola nube, no se veía el sol ni se vislumbraba siquiera su destello. Era un día despejado y, sin embargo, cubría la superficie de las cosas una especie de manto intangible, una melancolía sutil que oscurecía el ambiente, y se debía a la ausencia de sol. El hecho no le preocupaba. Estaba hecho a la ausencia de sol. Habían pasado ya muchos días desde que lo había visto por última vez, y sabía que habían de pasar muchos más antes de que su órbita alentadora asomara fugazmente por el horizonte para ocultarse prontamente a su vista en dirección al sur.

Leer completo en:
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/london/encender.htm

No hay comentarios.: