15 de febrero de 2015

Tiempo hacia atrás, Flavia Ricci

"Lo que eres  me distrae de lo que dices".
Pedro Salinas



Y si bien es cierto que todo tiene proyección, yo parto de vos. De vos hacia atrás. No son solamente las palabras que salen por tu boca, o las que escribís, por ejemplo. No son los movimientos que hacés para llegar a mí, o a cualquier sitio. Démosle una vuelta al tiempo, que Kairós, Kronos y Aión desplieguen todos sus mundos y universos. Entonces parto de vos ¿de quién si no? ¿De dónde si no? Y no vuelo encima de tus palabras que quieren llevarme a un significado que se encuentre con mis conceptos. Mejor aun, me detengo en tu boca, en el momento anterior al sonido, en ese que dio origen desde tu adentro a lo que querés decir(me). Y más aun, en el momento en que pensaste eso que querés decirme. Y más, en el instante en que, aun cuando no nos habíamos encontrado, ni nos mirábamos, se formó en vos la imagen mental de toda la escena: lo que ibas a decirme, la decisión de hacerlo, el movimiento de tu boca y el sonido de aquellos fonemas. No es que solamente me quede con las palabras, tuyas, que ahora compartís conmigo y yo sobrevuelo en busca de significados y significantes, de interpretaciones sin ruido, donde apelo a todos lo que sé o imagino. Eso sería ir de tu boca hacia afuera. Pero yo me sumerjo y nado hacia tu interior, hacia tus manos sobre el teclado cuando se disponen a escribir palabras elegidas, hacia tu mente que sabe lo que va a escribir. Kronos, Aión y Kairós, que se mezclen todos los tiempos en uno, o que desplieguen los pliegues del tiempo. Yo me sumerjo por las aguas de tu pensamiento, escalo montañas enteras sin miedo al silencio. Hay un tiempo que viene de todos los tiempos. Hay un camino que proviene de otro camino, más adentro. Hay muchos pliegues, yo no me pierdo, en los pliegues del tiempo. Tu tiempo.




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