6 de julio de 2014

Como si nada, Flavia Ricci

Briser le langage pour toucher la vie.

Antonin Artaud


Háblame para que yo te vea.
Séneca


Miró fijamente su fotografía, como para penetrar a través de sus ojos en primer plano en aquella mente semioculta. El cabello, que poco antes había estado tendido en su almohada, ahora se mostraba casi prolijo, por efecto del peinado. La cama, aun revuelta. Esos ojos, brillantes y abiertos, no dejaban ver a nadie que poco antes se habían cerrado para disfrutar, un momento, efímero, de unas palabras dichas, como flechas certeras. Y aún resonaban. 
Esa foto se clavó en su mente, esa foto de minutos después, no mucho más. Como si nada, como si todo. Tan lejano era todo aquello que tanto conocía, de cerca. Y tan de cerca que no creía que ahora estuvieran tan lejos. Como si nada.

Fue a buscarle.

- Entonces te vas
- Entonces me voy
- Así nomás
- Ahora
- No vas a hablar, como si nada.

 Y ella calló.

Las palabras se agolparon, pero iba a decírselas a quien tuviese la certeza de que pudiera valorarlas. No era como si nada. Pero de qué servía explicarse, había pasado el momento. Apostar por la incerteza no la satisfacía. Miró hacia arriba, hacia el único sitio en donde estaban las respuestas. No hubo ni un adiós. O quizás fue aquel, las más honda de las despedidas: la del silencio. Como si nada. Como si ...




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