11 de abril de 2013

Tras la pólvora, Manuela. Jorge Enrique Adoum


Jorge Enrique Adoum
Ven luego, ven a mi lado, ven sobre mí,
ven a debajo: hagamos el amor y deshagámoslo
sólo para rehacerlo. Detrás no tengo si no guerra
y campamento, sólo una aridez ensangrentada.
Llegué a ti y en ti anclo, vocación, clima de mar,
territorio y mortaja. A veces soy feliz, pero amanece.
Digo: Te amo, cuando me despierto,
como otros se saludan. Digo: Te amo, cuando
me desvisto, como otros se persignan.
Y entre los dos crepúsculos –paréntesis
de otra pólvora–, entre las dos refriegas, la batalla,
un solo cinturón para los dos. Di contigo
de bruces, me enamoré a caballo, y no me iré
de ti, no me des tregua, si concéntricos vamos
a esta ocupación de amor y guerra y coincidimos
en el alma sobre el vientre, como dos agujeros.
Ven, la noche pone la sábana y he vencido.
Dámete como si te ganara y fueras tú el trofeo.


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