Alguien le preguntó al señor K. si Dios existía. El señor K. le dijo: "Te aconsejo que reflexiones si la respuesta a esa pregunta afectaría a tu comportamiento. Si no lo hiciera, podemos olvidarnos de la pregunta. Si lo hiciera, puedo ayudarte como mínimo diciéndote que ya has decidido: tú necesitas un Dios."
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