27 de julio de 2006

Figurita repetida, Flavia Ricci



A medida que los sitios me cuentan historias, veo diapositivas. Una, otra, otra más. Puedo reconocerme en la misma esquina, pero él tiene siempre un rostro diferente. No es que una persona me cuente historias (o es que también puede ser), sino que son los sitios los que permanecen y ellos quienes cambian de rostro, de cuerpo, de edad. Nos miramos en el bar de Juramento casi Cabildo, con esa mirada grave que anuncia un inevitable. Nadie se atreve a comenzar. Y yo, que en estos casos tengo poder de síntesis, me atrevo: es el amor correcto en el tiempo equivocado, le suelto. Pago por los dos y me marcho. Recupero la calle, esa esquina y mi sonrisa.

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