En ese caminar solitario iba yo, sin escuchar mi nombre. Hasta
que un día lo oí tras de mí ¿o era delante? Pudo haber sido a mi lado. En
cualquier caso me giré al oírlo. No había dudas: mi nombre está en mí. Los ecos
de ese nombrarme me acompañaron días, noches e incluso madrugadas. Las
resonancias de cada una de las letras en ese tono de voz. Era cerrar los ojos y
caminar por línea recta.
En este dejar de nombrar, que casi me hace dudar que hayas
nombrado alguna vez, camino en solitario nuevamente. Me pongo en marcha, paso a
paso. No soy la que fui antes de escuchar en tu boca mi nombre, no puedo volver
a ser esa. Allí, no te conocía ni esperaba. No vas a decirme que es igual el
sendero que me llevó de aquello hasta vos, a través de tus palabras, que
desandarlo ahora que no las escucho y volver a ese punto cero como si vos no
estuvieses. Porque estás. No vas a decirme que la fuerza que tiene nombrarte y
saber que estás pueda contrarrestarse con dejar de hacerlo, como si con ello
bastara para borrarte. Porque existe la memoria, esa que se debate entre
recuerdo y olvido, pero en cualquier caso nos impide ser como antes, amor.
Aquella que era antes de todo este mundo de palabras,
aquella no puedo volver a ser. Esas palabras que pusiste en orden para trazar
ese sendero por el que yo debía andar. Y con sorpresa anduve. Ese sendero ahora
sin palabras que deja sinuosos caminos intermedios, curvas, rotondas, sin
señales. Ese camino desando en mi caminar solitario, a tientas, tan a oscuras. Tan
sin querer desandarlo que hasta regreso por donde fui de espaldas. Sin girarme.
Y voy deshaciéndome de esas palabras que resonaban. Casi me cuesta creer que
las hayas pronunciado ¿fue todo aquello un sueño? El camino que anduve lo
desando para volver a ser aquella, la que sé que no puedo ser. Suelto palabras
al viento. Dejo palabras en el mar. Cierro los ojos y llego al abismo del
silencio más hondo. Agudizo los oídos. Y juro que te escucho. Respondo en
silencio. Y arrojo lejos la antorcha que ilumina el camino. Estoy aquí,
detenida en el abismo. Dejo de caminar, desde este abismo, vuelo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario