24 de octubre de 2014

Océano mar, A. Baricco

—O sea, fijaos ahí donde llega el agua… sube por la playa, luego se detiene…eso es, precisamente ese punto, donde se detiene…, dura apenas un instante, después desaparece, pero si se consiguiera detener ese instante…, cuando el agua se detiene, precisamente ese punto, esa curva …, es lo que estudio. Donde se detiene el agua.
—¿Y qué es lo que hay que estudiar?
—Bueno, es un punto importante… a veces no se le presta atención, pero pensándolo bien ahí sucede algo extraordinario, algo… extraordinario.
—¿De verdad?
Bartleboom se acercó ligeramente a la mujer. Se hubiera dicho que tenía un secreto que decir cuando dijo
—Ahí acaba el mar.
El mar inmenso, el océano mar, que corre infinito más allá de toda mirada, el desmesurado mar omnipotente —hay un sitio donde acaba, y un instante—, el inmenso mar, un lugar pequeñísimo y un instante de nada. Eso es lo que quería decir Bartleboom.


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