Otra no sabe lo que sé:
que por el amor se propala la vida
en la inminencia del relámpago
de intenso placer sin consuelo
en el desbordarse de las almas y los cuerpos.
Otra no sabe lo que sé:
que la entrega es alegre como una mañana
repleta de espigas de dorado trigo
esplendante al sol
radiante y única
irrepetible y tácita en los adioses
y en su final de soledad.
Otra no sabe lo que es:
que al estar en mí
alcanzas el dominio de la vida,
el imperio de la verdad,
el cumplimiento del ensueño eterno,
unidos por un amor indómito y pasajero,
entrelazados en un abrazo sin destino.
Otra no sabe lo que sé:
la predisposición a la nada,
al olvido, al no ser,
por la provisionalidad del tiempo
y de los sueños del amor,
por la profundidad del deseo
y su misterio indevelable
donde nos sumergimos.
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