11 de mayo de 2014

Es allí donde voy, Clarice Lispector

Más allá de la oreja existe un sonido, la extremidad 
de la mirada un aspecto, las puntas de los dedos un 
objeto: es allí a donde voy.

La punta del lápiz el trazo.

Donde expira un pensamiento hay una idea, en el 
últi­mo suspiro de alegría otra alegría, en la punta de 
la es­pada la magia: es allí a donde voy.

En la punta del pie el salto.

Parece la historia de alguien que fue y no volvió: es 
allí a donde voy.

¿O no voy? Voy, sí. Y vuelvo para ver cómo están las 
cosas. Si continúan mágicas. ¿Realidad? Te espero. 
Es allí a donde voy.

En la punta de la palabra está la palabra. Quiero usar
la palabra «tertulia», y no sé dónde ni cuándo. Al 
lado de la tertulia está la familia. Al lado de la familia 
estoy yo. Al lado de mí estoy yo. Es hacia mí a donde 
voy. Y de mí salgo para ver. ¿Ver qué? Ver lo 
que existe. Des­pués de muerta es hacia la realidad a 
donde voy. Mien­tras tanto, lo que hay es un sueño. Sueño 
fatídico. Pero después, después todo es real. 
Y el alma libre busca un canto para acomodarse. Soy 
un yo que anuncia. No sé de qué estoy hablando. Estoy hablando 
de nada. Yo soy nada. Después de 
muerta me agrandaré y me esparciré, y alguien dirá 
con amor mi nombre.

Es hacia mi pobre nombre a donde voy.

Y de allá vuelvo para llamar al nombre del ser amado 
y de los hijos. Ellos me responderán. Al fin tendré una 
respuesta. ¿Qué respuesta? La del amor. Amor: yo 
os amo tanto. Yo amo el amor. El amor es rojo. Los 
celos son verdes. Mis ojos son verdes. Pero son 
verdes tan oscuros que en las fotografías salen 
negros. Mi secreto es tener los ojos verdes y que
 nadie lo sepa.

En la extremidad de mí estoy yo. Yo, 
implorante, yo, 
la que necesita, la que pide, la que llora, la que se 
lamen­ta. Pero la que canta. La que dice palabras. 
¿Palabras al viento? Qué importa, los vientos las 
traen de nuevo y yo las poseo.

Yo al lado del viento. La colina de los vientos aullan­tes 
me llama. Voy, bruja que soy. Y me transmuto.

Oh, cachorro, ¿dónde está tu alma? ¿Está cerca de tu cuerpo? 
Yo estoy cerca de mi cuerpo. Y muero len­tamente.

¿Qué estoy diciendo? Estoy diciendo amor. Y cerca 
del amor estamos nosotros.

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