1 de mayo de 2013

Hasta nunca, CC.


Más que escribirle a usted, descargo mi conciencia.
No sabe lo difícil que fue para mí algún día, buscarle, y lo difícil que va a ser ahora, perderlo. Pero no le pediré que se quede, más bien le ruego que se marche lejos, aléjese lo más que pueda de mi presencia. Ahora más que nunca me repugna su sola visión, y no creo que mi corazón resista una noche mas, llena de esta melancolía suya. Si no lo veo sanará mi alma, mi pluma podrá por fin descansar y mi mente estará tranquila. ¿Sabe usted que ya no me alcanzan las páginas? ¿Sabe que se me acaba la tinta en las cartas no enviadas? ¡Cuantas líneas me merecieron sus ojos! ¡Cuántas lágrimas, su mirada!
Por favor procure no herir más mi pecho, no me dé besos de despedida, no me regale su abrazo, no comprometa mi angustia. Váyase lejos, dígame “Adiós”, bese otros labios y no regrese nunca. Yo por mi parte cambiaré de perfume y de canción favorita, dejaré de ser yo, para así dejar de ser suya.
Sobra decirle que solo le deseo un amor inferior al mío, por que como yo, no lo querrá nadie, nunca.
CC.

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