1 de octubre de 2012

Espresso, Flavia Ricci

Este sol que sale en la mañana, cuando llego a casa sobre las 8 y me dispongo a preparar un espresso. Ahora que son dos, y me refiero a los espresso, miro una taza y otra alternadamente mientras vos, desde otra habitación, me decís algo. Yo miro hacia el jardín y veo el cerezo florecer, en esta primavera. Yo fui quien te abrí la puerta con una sonrisa de la cual vos sos responsable cada día de mi vida. Es lindo sonreír, es lindo verte cada mañana. Es lindo preparar dos espresso mientras miro, en esta primavera, cómo florece el cerezo del vecino. Y ya no miro al vecino, solamente su cerezo.

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