3 de marzo de 2011

Ahora y siempre, Ray Bradbury

- No tosemos ni nos enfermamos. Nos desgastamos ... despacio.

- ¿Cómo que despacio?

- Oh, la última vez que conté, eran unos ...

- ¿Cómo que despacio?

- Cien, doscientos años.

- ¿Qué?

- Calculamos que unos doscientos años. Todavía es demasiado pronto para decirlo. Sólo llevamos en esto desde 1864 o 1865, la época de Lincoln.

- ¿Todos ustedes?

- Todos.

- ¿También Nef?

- No le miento.

- ¡Pero si es más joven que yo!

- Su abuela, tal vez.

- ¡Dios mío!

- Dios nos puso aquí. Pero es el clima, principalmente. Y bueno, el vino.

Cardiff miró su vaso vacío.

- ¿El vino les hace vivir hasta los doscientos años?

- A menos que lo mate antes del desayuno. Termine su vaso, señor Cardiff, termine su vaso.

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