3 de marzo de 2011

Ahora y siempre (II), Ray Bradbury

- Ahora, déjame ofrecerte la explicación final de mí misma y de todos los amigos que has conocido aquí. La gran "medicina" fue descubrir que estábamos vivos y que nos encantaba. Hemos celebrado cada día de nuestras vidas. La celebración, el júbilo de adorar ese regalo, nos ha mantenido jóvenes. ¿Parece imposible? Simplemente saber que estás vivo y mirar al sol y disfrutar del clima y expresarlo en cada momento de tu existencia, eso asegura nuestra longevidad. Vivimos cada momento de nuestra existencia al máximo, y eso es una medicina magnífica. De ese modo negamos la oscuridad. Ahora piensa en lo que he dicho y háblame de tu futuro.

Él se recostó y contempló el techo en busca de respuestas.

-----------------------------------------------------------------

Ni un ventanal que no mostrara libros apoyando su silenciosa sabiduría contra la de otro en estanterías interiores. Ni una tubería de desagüe sin su barril de lluvia acumulando las estaciones. Ni un patio trasero que no estuviera, aquel día, lleno de alfombras que se sacudían de modo que el tiempo las limpiara de polvo y los viejos dibujos giraran con ritmo rococó. Ni una cocina que no mostrara promesas de hambre aplacada y tranquilas tardes de reflexión sobre provisiones guardadas al sur-sureste del alma.

Todo, todo perfecto, todo pintado, todo fresco, todo nuevo, todo hermoso: una población perfecta en una mezcla perfecta de silencio y actividad y bullicio invisibles.

No hay comentarios.: