14 de diciembre de 2007
Windows, Al-Taïr
Mientras, y digo mientras porque esto es un paréntesis tan breve como artificial, vos fingís seguridad y bajás ventanas, yo me sumerjo en mi más profunda incertidumbre. Tu temor a que vea, que te lleva a ocultar, mi incertidumbre cobra un perfil cada vez más claro y amoldo, rearmo, mi hipocresía. Nos miramos, sonreímos y hacemos el amor. Pero me dejás claro cada vez que no hay nada entre tu mirada y la mía. Temés ¿temo yo? Me enseñaste a ser segura sin darme seguridad. Y ahora, que llega ese tiempo de observar, las cosas son raras. Me acuesto, miro el techo, llega la noche, salgo. Me sumerjo en la noche, que quiero compartir con todos menos con vos. Me sumerjo en compañías que me brindan lo que vos no, por tu temor. Cae una ventana, cae un pedazo dentro mío: de confianza, de esperanza, de expectativa. Me sumerjo buscando brazos, besos, vasos. Me sumerjo en una noche conocida y aun así sorpresiva. Poniendo en riesgo mi sensibilidad, regalando mi antigua fidelidad. Y llego sucia de manos y mentes, de noche y de rostros. Vos simplemente me ves y bajás otra ventana. Yo quiero correr, pero es de día. Y simplemente me tiendo en la cama. Y quiero llorar.
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