3 de julio de 2007

Uno, Dos y Tres. Flavia Ricci

Mientras caminaba por Palermo Soho casi a medianoche con el móvil en su mano respondiendo a UNO, levantó la vista y se cruzó con DOS, quién lo diría, detenido en un kiosco. Sin recordar su nombre y menos de dónde lo conocía, pero segura de conocerlo, clavó la vista nuevamente en el sms que escribía y pasó a su lado. Y de repente, su mente hizo un salto hacia atrás y recordó: otra vez esa habitación, flash back: otra vez Barcelona, mientras que en cierta forma, echaba de menos la noche anterior, con TRES, que (aun) no respondía sus sms del sábado. Varias noches tiene Buenos Aires, pensaba y sonreía mientras la esperaba una noche tranquila de fin de semana. Era tarde, y también era tarde para girarse y saludar a DOS.

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