que no regresarías
allí estás
tímidamente y casi oculta.
Pero, cuando imaginaste que yo hablaría
casi me escabullo
con tal de mantener el silencio
sagrado silencio
que anticipa todo lo demás.
No creas que no pierdo los papeles
No creas que no practico
una y mil veces
qué decirte
cómo ponerme
para no temblar.
Y a cambio
aparece tu ida
repentina
yo con mis brazos abiertos
vos con tu media sonrisa.
Calle de adoquines
autobuses
La nada
que no es vacío.
Cierro los brazos
retrocedo en mi sonrisa
Y pienso seriamente
qué te habrá pasado
qué, entre las dos
que te dejó paralizada.
Yo de regreso
vos siempre ahí.
Tristemente,
ahí.
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