8 de enero de 2014

El cielo es de quien lo vuela, G. De Pösfay

La página 73 y la 77 se enamoraron. Sólo pudieron verse cuando se desprendieron del libro. Se leyeron, se vocalizaron, se discutieron. Vino la tormenta y se volaron, pero estaban cerca y con cada viento volvían a juntarse. La lluvia los mojó para siempre, y se metieron en la tierra, porque de dos hojas puede crecer un árbol. Un árbol grandote desde chiquito.

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