26 de febrero de 2007
La mujer bisagra (a mis 31), Flavia Ricci
La mujer bisagra está a la mitad, sola, sin sentirse sola. A sus espaldas está A, quien la quiere bien, quien la desea y quiere poseerla. Delante de ella, dándole las espaldas, está B, que rechazándola le demuestra que aun le importa. Que mira hacia el mismo lado que ella, sin girarse. La mujer bisagra tampoco se gira hacia A, tampoco quiere poseer a B, se siente ecuánime, fresca. Hacia adelante un pasado que antes prometía futuro. Hacia atrás, un futuro que avasalla y quiere acelerar su presente, pero ella no lo permite. La mujer bisagra mira a ambos lados, se gira por sobre el hombro de A, mira más allá del hombro de B. Los hombres de sus vidas a veces miran, otras acosan, otras liberan. La mujer bisagra, con su propio cuerpo, intenta traspasar las fronteras del pasado y del futuro, en un presente a su ritmo, por fin.
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