De ella de aquella la arrojada, la sabia, la misteriosa, solamente me queda lo que pudo ser. La mano oculta, la mirada esquiva, el vuelo interrumpido, sus ganas reprimidas o casi. De la otra, la mano tendida, las sonrisas, los proyectos realizados. Y por realizar. La palabra pronunciada, la compañía, la certezas y yo en aquel abismo para decidir. Mi mano que se lanza, mi mano temerosa, mi mano que elige. Entre mis dos, las dos, nos dos, allá, dos.
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