19 de abril de 2009

Ta p'tit flamme, Amélie-les-crayons

Y a quelque chose du bonheur
Dans ta voix qui vibre,
La réponse de mon coeur,
C'est qu'il se sent libre

Libre d'être moi quand
Tu m'serres dans tes bras
Libre de vivre un amour qui m'apprend tous les jours
Quand j'suis loin de toi, j'pense à toi
A ta p'tite flamme, à tes yeux
Et je me sens mieux
Et je me sens deux

Y a quelque chose d'universel
Dans notre histoire,
Une petite étincelle
Pour bien plus qu'un soir

Est-ce que tu veux me donner ta main ?
Pour tout l'temps qu'on s'ra bien ?
Est-ce que tu veux partager mon chemin ?
Moi j'dis oui pour le tien.

18 de abril de 2009

Humpty Dumpty, Flavia Ricci

Humpty Dumpty sat on a wall.
Humpty Dumpty had a great fall.
All the king's horses and all the king's men
Couldn't put Humpty together again.

Humpty Dumpty se sentó en un muro.
Humpty Dumpty cayó.
Todos los caballos y hombres del rey
No pudieron unir a Humpty otra vez.

17 de abril de 2009

Palabras más o menos, Flavia Ricci

Busqué las palabras acertadas para que entiendas que para verte, debo mirar hacia atrás, demasiado hacia atrás, y no me interesa. En un momento solté tu mano y quedaste allí, abril liberador, mientras yo seguía mi camino. Busqué las palabras para pedirte que me dejaras, que te alejaras de mi vida y de mi entorno. Luego, para vos quedé muda, no había más que pudiera decirte, así que cual H muda, enmudecí para vos.

Lamento haberte hecho creer que todo este tiempo en que no has estado en mi vida estuve enamorada de vos, porque no es así. Tal vez es tu manera de seguir conectado conmigo. Yo, cada vez que pienso en vos, recuerdo a José Régio o canto sonriendo a Kevin Johansen. Estás tan lejos, tan lejos, que poco a poco voy olvidando tu cara, tus palabras.

Y es que las cosas que terminan, terminan. Y es que no hay espacio para vos en este sitio, ni en mi mente, ni entre mis palabras. Me he ido olvidando de vos a la par que reciclé lo que me has dejado de bueno.

Soltá mi mano, por favor, liberate vos también. Seguí adelante sin mí ... Cuando aquella vez te dije que no iba más, que te fueras, es porque hacía tiempo que no estaba enamorada de vos. Ni vos de mí. Y lo celebro.

14 de abril de 2009

Letra, Flavia Ricci


Me preguntaba, mi amor, en esta noche más bien madrugada por estas coordenadas de otoño si tenés una letra preferida. Como seguramente tendrás una, o varias canciones preferidas. Una, o varias películas que guardás allí donde ni siquiera yo puedo llegar. Uno, o varios sitios donde vas cada vez que necesitás ir, física o mentalmente. Mirando este curioso sitio [ <--- click ahí para verlo]en donde los pájaros parecen anidar en una y no cualquier fuente: decíme ¿cuál es tu letra preferida? Desde que te conocí mi letra preferida -una de ellas, si me permitís- es la tuya. Esa que curiosamente te olvidás cada vez que podés, porque sabés que no dice nada, letra al fin. Entonces yo la recogí un día, la primera vez que me dijiste tu nombre, y la hice mía. Y sabés algo? No sólo la letra salta, vuela y juega en su orgullo de saberse reconocida, sino que tiene sonido. Sí, sí, tu letra, la mía, entre mis manos. Yo la pronuncio cada día mientras te miro, mientras te pienso, mientras te escucho. Y perdoname: pero desde ese primer día en que recogí tu letra y la hice mía, tu nombre tiene un caracter menos, que no pienso devolverte.

12 de abril de 2009

Personajes múltiples, Flavia Ricci

Déjenme. Déjenme volar de texto en texto, saltar de género en género pasando de la ciencia ficción a la épica, de la crónica al reportaje. Déjenme, déjenme libre con mis letras y las fantasías. De lo que piensan cuando leen y de lo que yo verdaderamente quiero escribir. Piénsenme con historias e historietas que los exceden, porque yo misma los cuento como uno más de mis personajes hermosos pero múltiples. Son muchos, cientos, no uno, no vos. ¿Cómo ibas a ser sólo vos? ¿Por qué?Suéltenme, déjenme volar y decir lo que quiero aunque no sean ustedes los destinatarios. Yo sonrío y cuento. A veces con palabras, otras con los dedos. Déjenme. Si por cualquier circunstancia me enamoro de alguno de ustedes, prometo avisar, prometo avisar ...

10 de abril de 2009

Arena y espuma (II), Khalil Gibrán

Apenas ayer me sentía una partícula
Oscilando sin ritmo en la espera de la vida.
Ahora sé que soy la espera, y toda
La vida palpita en rítmicos fragmentos
En mi interior.
Me dicen, en su vigilia:
"Tú y el mundo en que vives no sois
Más que un grano de arena en la
Infinita playa de un mar infinito".
Y yo les digo, en mi sueño: "Soy
El mar infinito, y todas las palabras
No son más que granos de arena
En mi playa".
Sólo una vez me quedé sin palabras.
Fue cuando un hombre me preguntó:
"¿Quién eres?"

Arena y espuma, Khalil Gibrán

Hay un espacio entre la imaginación y los logros del hombre que sólo puede atravesar
su ansiedad.
El paraíso está ahí, detrás de esa puerta, en la habitación contigua; pero he perdido la llave.
O acaso únicamente la haya extraviado.
Tú eres ciego, y yo soy sordomudo, así que, toquémonos las- manos, y comprendámonos.
La importancia del hombre no reside en lo que logra, sino en lo que ansía lograr.
Algunos hombres somos como tinta, y otros somos como papel.
Y si no fuera por la negrura de unos, algunos seríamos mudos.
Y si no fuera por la blancura de unos, otros seríamos ciegos.
Dadme un oído y os daré una voz.
Nuestra mente es una esponja; nuestro corazón un río. ¿No es extraño que a la mayoría
nos guste más succionar que correr?

El Jardín del Profeta, Khalil Gibrán

Y ¿en verdad me he alejado de vosotros? ¿No sabéis que no hay más distancia que la que el alma no abarca con la imaginación? Y que cuando el alma recorre esa distancia se transforma en ritmo del alma.
El espacio que hay entre vosotros y vuestro vecino más indiferente es sin duda mayor -que el que hay entre vosotros y vuestro ser más querido, que mora más allá de las siete tierras y los siete mares.
Porque en el recuerdo no hay distancias; y sólo en el olvido hay un abismo que ni vuestra voz ni vuestra mirada pueden atravesar.
Entre las playas de los océanos y la cima de la más alta montaña hay un camino secreto que necesitáis recorrer, si queréis ser uno con los hijos de la tierra.
Y entre vuestro conocimiento y vuestra comprensión hay una senda secreta que tenéis que descubrir, si queréis ser uno con el hombre y, por ende, con vuestro propio ego.
Entre vuestra mano derecha, que da, y vuestra mano izquierda, que recibe, hay un gran espacio. Sólo haciendo que una y otra mano dé y reciba a la vez, podréis anular la distancia que las separa, pues sólo sabiendo que no tenéis nada que dar, y que no tenéis nada que recibir, podréis anular el vacío.
En verdad, la más vasta distancia es la que existe entre vuestra visión en sueños, vuestra vigilia; y la que existe entre lo que sólo es un acto, y lo que es un deseo.

Después de todo, Flavia Ricci



La paz
Más allá de todo
Más allá de todos
La paz
Ha llegado
Miro hacia el cielo
mientras caen los últimos signos del sol sobre mí
una aceituna
dos trozos de fontina
un libro que prentendo leer y disfrutar
varias hojas para dibujar
giro mi cabeza, miro verde
me sirvo un poco de cerveza roja
La paz
Nada puede quitármela
Nadie puede destrozarla
La paz
Llegó para quedarse
Es una pena
que no puedas saber de lo que hablo

8 de abril de 2009

Miradas de palabras, Flavia Ricci

Sigo con la vista tu presencia.
Miro detenidamente lo que hacés
Como hipnotizada, puedo estar horas pensando
en tus movimientos
Miro una y otra vez tus cosas
miro tu cara, tus ojos
e intento traducir qué pensás
sé que tu idioma y el mío no son el mismo
sé que te perdés en un mar de palabras
para no decir nada
Entonces, simplemente te miro
¿qué más podría hacer?
no puedo decir nada, no vale la pena
con mirarte me lleno el alma
a sabiendas de que es lo máximo que puedo acercarme
desde mis ojos a los tuyos
y tal vez, con alguna palabra.

7 de abril de 2009

La grieta, Flavia Ricci

No, todo aquello me parece ajeno.
Jamás, aquel momento me parece imposible.
No lo diría, tengo la boca cerrada.
No despego mis brazos, están amordazados.
No, no te muevas, no lo digas, no me toques.
Viajo, cafés, muchos, de por medio.
Libros que abro, cierro y pienso.
Lapiceras que gastan su tinta, yo miro el trazo, no escribo nada.
No, no te acerques, no soy yo ésta.
No, no sé en dónde estoy, lejos.
Dejame en esta burbuja, en donde vos no estás.
Resguardada de las palabras más hirientes.
De los mensajes tan cortantes.
De las idas y las vueltas.
Dejame acá, en mi burbuja donde todo funciona.
Ahora que parece que funciona.

Eternidades, Juan Ramón Jiménez

" ¡Intelijencia (sic), dame
el nombre exacto de las cosas!
... Que mi palabra sea
la cosa misma
creada por mi alma nuevamente.
Que por mí vayan todos
los que no las conocen, a las cosas;
que por mí vayan todos
los que ya las olvidan, a las cosas...
¡Intelijencia, dame
el nombre exacto, y tuyo
y suyo, y mío, de las cosas! "

5 de abril de 2009

Palabras más o menos, Flavia Ricci

Juego con las palabras, las escribo, las miro, las volteo, vuelvo a escribirlas. Las mezclo, las mareo, las conjugo, juego. A veces las retuerzo, disconforme porque no pueden abarcar tanto como lo que siento. Triste porque no nombran lo que quiero. Y si no nombran, al decir de Lacan, es que no existe. Pero yo quiero que exista eso, así que busco la forma. Les extraigo lo que quiero con paciencia. Reflexiono. Y al fin, algo, aunque sea algo, queda. De izquierda a derecha, de arriba a abajo, para que se lea.

La voz a ti debida, Pedro Salinas

Perdóname por ir así buscándote
tan torpemente, dentro
de ti.
Perdóname el dolor, alguna vez.
Es que quiero sacar
de ti tu mejor tú.
Ése que no te viste y que yo veo,
nadador por tu fondo, preciosísimo.
Y cogerlo
y tenerlo yo en alto como tiene
el árbol la luz última
que le ha encontrado al sol.

Dos plazas, Flavia Ricci

Desde hace un tiempo los casi dos metros de ancho de mi cama son eso, casi dos metros. Cuando me levanto miro hacia un lado y veo la pared, miro hacia el otro y mi propia mirada recorre una distancia que parece tan grande como la última vez que te abracé, hasta llegar a la punta. A veces mi mirada se interrumpe con alguien, pero no sos vos. A veces cierro los ojos, te pienso y me levanto a por el café recién hecho. Como siempre, hago dos tazas y suelo ponerle crema. Miro por la ventana, este otoño emergente. Y miro el sinfín de mantas y edredones que esperan que comience el frío para salir del armario después de un año de letargo. Vuelvo a mi habitación y miro nuevamente la cama. Dos plazas, porque dentro de mí siempre seremos vos y yo.

Menúes, Flavia Ricci

Le gustaba comer afuera. Por escuchar otras personas y por extraviarse del mundo. Desde hacía años se debatía entre menú fijo y a la carta. Con el tiempo, cuando fue conociendo más de la vida, eligió cada vez menos el menú fijo y cada vez más el menú a la carta. Pero cuando lo conoció a él fue ese día en que, cansada de los menúes, escogió meterse en la cocina. Fuerte y claro pidió un gazpacho y hasta se atrevió a prepararlo. De postre sambayón. Y antes de terminar de decir el postre, él se había adelantado con la orden. Desde ese día jamás se han separado.

4 de abril de 2009

I/V, Flavia Ricci

Todo con pasión. Las idas, los regresos. Los viajes, las estadías. Los abrazos, furiosos y necesarios. Las miradas, que desnudan con sólo abrir los ojos. Todo con pasión, tu mano, que cojo como si fuera mi tesoro. Caminar contigo, lo mejor porque vamos por donde queremos ir. Todo con pasión, las noches contigo y las mañanas que amo porque significan un día más el uno con el otro. Todo con pasión, los desayunos con café recién molido y sonrisas recién nacidas. Este amor, este amor por vos que me lleva a donde sea con tal de estar contigo. Este amor, que me hace ser tan feliz. Esto, todo esto que no puedo encerrar entre mis manos, que se me va y a la vez se queda conmigo todo el tiempo. Vos, tan único, mi único, mi príncipe, mi compañero. Vos, con quien sueño, despierto, escribo y vivo. Mi hombre, mi amor, todo lo mejor. Todo con pasión, vos, nuestros abrazos, las despedidas, los llantos y los "te amo". Vos, al que elegí de entre todos. Mi león, mi ángel, mi amor. De las idas y vueltas, me quedo con las vueltas. Siempre.

El paso, Flavia Ricci

No cambia en nada que te lo diga, pero te quiero. Te quiero desde la primera vez que te vi y toda la gente a nuestro alrededor desapareció. Te quiero desde que me di cuenta que no me importaba quedar cursi. Desde que me di cuenta que me ponía nerviosa con sólo saber que iba a verte para tomar un café.

Pero creo que, de todas las veces que vos me dijiste que me querías, no era que necesitara escucharlo, sino que necesitaba creerlo. Y sí, pienso en vos a cada momento, si hasta pensaba en vos cuando estábamos juntos, cómo no hacerlo ahora. Y sí, lo sé, lo sé ... "nunca es siempre todavía". Pero me he quedado muda, pensando, si vas a dar el primer paso. Ambicioso paso, mientras yo espero verte pasar por mi puerta.