14 de noviembre de 2010

Despierta. El día te llama, Pedro Salinas

Despierta. El día te llama
a tu vida: tu deber.
Y nada más que a vivir.
Arráncale ya a la noche
negadora y a la sombra
que lo celaba, ese cuerpo
por quién aguarda la luz
de puntillas, en el alba.
Ponte en pie, afirma la recta
voluntad simple de ser
pura virgen vertical.
Tómale el temple a tu cuerpo.
¿Frío, calor? Lo dirá
tu sangre contra la nieve
de detrás de la ventana;
lo dirá
el color en las mejillas.
Y mira al mundo. Y descansa
sin más hacer que añadir
tu perfección a otro día.
Tu tarea
es llevar la vida en alto,
jugar con ella, lanzarla
como una voz a las nubes,
a que recoja las luces
que se nos marcharon ya.
Ese es tu sino: vivirte.
No hagas nada.
Tu obra eres tú, nada más.

7 de noviembre de 2010

Comparto, Flavia Ricci

Egoísta sí, un poco, más aun, mucho, como quieras. No comparto muchas cosas porque voy sola por la vida, sin mucho equipaje ni recuerdos, sin maletas ni mentiras, sin abrazos ni besos falsos a estas alturas. No comparto porque es mío, si eso es ser egoísta. Pero debo decirte, que sobre todo no comparto, y no comparto con vos, que me digas una y otra vez por todas y cada una de las vías de comunicación que intento abrir, que ya no me querés. No comparto. Eso sí que no lo comparto, máxime con tus actitudes. Y a costa de ganarme la fama de egoísta una vez más.