22 de abril de 2010

Antes y después, Flavia Ricci



El matrimonio, la primera causa de divorcio, duró un suspiro. Machacado por la convivencia y los excesivos espacios comunes. La miré a los ojos después de beber un poco de mi malbec y le dije:

- Te casaste con él porque te volvía loca.
- ...
- Y por la misma causa te divorciaste de él ahora.

Depende siempre del momento, la misma frase cobra sentidos opuestos. Y ambas seguimos disfrutando de nuestro malbec.

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