9 de febrero de 2010

Sand-wich?, Flavia Ricci

Estuve todo el día pensando en él. Por el Centro, en el coche, leyendo el diario en el café de siempre. Así que decidí largarme lo más rápido posible a su encuentro. Cada semáforo en las esquinas parecía querer detenerme adrede, como para prolongar el encuentro y perturbar mi deseo. Pero nada me disuadía. Llegué a casa, me metí en la ducha y me puse cómoda. Seguía pensando en él.
Estaba como enceguecida, disfrutando el momento en que pudiera tocarlo con mis propias manos, en el que entrara en mi boca y todos los sabores y colores se desvanecieran entre mi garganta y mis labios. Sentirlo suave, gustoso, casi prohibido. Sentir como formaba parte de mi cuerpo me gustaba.

- Piba, ¡¡tenés el sandwich!!, me gritó irritado el camarero.

Which sannnnddddwwwwiiiich? ..... parecía decirle yo en cámara lenta jugando con las palabras. No pude más que sonreír.

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