26 de julio de 2008

Defensa de la soltería, Flavia Ricci

En alguna noche de mis noches porteñas, hablaba con un chico que dijo llamarse Favio y dijo tener dos hijas. El sostenía con énfasis que estados civiles sólo hay dos: casado o soltero. Yo, por aquellas épocas en que acababa de estrenar mi maternidad, aun no había reparado en ese detalle.

Hace poco tiempo, me preguntaron qué era (pregunta ambigua si las hay) y entendí que se referían a mi estado civil. Dije que era soltera y que tenía una hija de 4 años llamada Zoe. Esos son los únicos detalles que me importaba dar. Y enseguida me fui lejos de aquella atmósfera y me sentí como una observadora de un juego de esos de unir con flechas, en donde quien me preguntaba "qué era" estaría haciendo toda clase de hipótesis. A ver ... madre lo uno con ... soltera: ops!!! Madre soltera!!! Horror !!! Soltera lo uno con ... profesional ... mmmm sí, sí, me cuadra. Hija con ... soltera mmmm .... Y así sucesivamente de acuerdo a la mentalidad siglo XV de quien me interpelaba.

La cuestión es que ser viuda, separada, son marcas del pasado, no son estado civil ¡¡Bien Favio!! Debo reconocer tu gran acierto. En todo caso forman parte del pasado civil. Pero yo no digo que soy estudiante de la universidad si ya tengo, como de hecho tengo, un título de grado y otro de maestría en mi haber. Y sin embargo hay gente que se esmera en "unir con flechas".

Yo, de momento, defiendo mi estado civil de soltera, como defiendo mi maternidad y mi profesión. Unir con flechas ... lo dejo para esos sistemas de enseñanza de antaño en donde las infinitas posibilidades de esta vida no tenían cabida: callate la boca: ¡¡de eso no se habla hijo!!

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