31 de mayo de 2014

Miedo, Flavia Ricci

Pero entonces


¿es tu miedo

más

fuerte

que las palabras?





Porque yo

estoy

entre la espera

y el recuerdo.


De la propensión a reír, C. Tomás Fitzgerald

Yo había llegado tarde al reparto de los dorados dones
Alguien que tenía prisa
olvidó una carcajada que me movió su cola
Lástima me daba verla sin boca ni motivo
La recogí aquel día memorable con cuidado
de madre
me la tragué despacio como quien traga espuma

Desde entonces la risa me acompaña

me preserva del miedo a lo que se me esconde
de la vida sin abrazos
de sendero de ausencias adentro de mi pecho
y los cuchillos que clavan los formales

No me permite distraerme en el lamento

ni autoidolatrarme
Me mantiene alerta contra los infames
los que mintiendo humanidad destilan sombra
en jardines de hierro y fraude

La risa recoge para mí

las flores que no alcanzo
y me ayuda a entender
la eterna vacuidad de aquellos que no ríen
por temor a que una carcajada enorme
se los trague.

29 de mayo de 2014

Euforia, Flavia Ricci

Y no te hablo de pasar momentos eufóricos
No quiero tu euforia
Ni la mía
Si me deja al borde del abismo.
Quiero continuidad
Repetir y repetir
Con vos
Que te des por aludida
Que sepas que sos vos
Sin recodos ni escondites
Que sea ese momento
En que me digas que te diste cuenta
y yo te mire
y sepa que no puedo volver atrás
Yo misma me la busqué
Y repetir y repetir
que sea la euforia de la repetición
sin hartazgo
Repetir y repetir
sin cansancios.
Repetir y repetir.

18 de mayo de 2014

Amor/tiempo, J. Kristeva

"Ya no hay historias de amor. Sin embargo, las mujeres las desean, y también las desean los hombres
cuando no se avergüenzan de ser tiernos y tristes como mujeres".(...) "Están juntos porque están separados. Llaman amor a esa mutua adhesión a su respectiva independencia. Eso les rejuvenece, les hace parecer adolescentes, casi infantiles. ¿Qué quieren? Estar solos juntos. Jugar solos juntos y a veces pasarse la pelota, como para demostrarse que no existe tristeza en esa soledad".(...) "Mis pacientes me confían sus penas de amor y se las arreglan para sufrir otras. Mientras, aquellos dos se lamen sus heridas como animales del bosque y emprenden nuevamente el camino serenamente. El tiempo del amor se hunde en nuestros gestos hasta que los cinco sentidos nos sumergen en el dolor o en el encantamiento. Se dice que el amor dura cuando los aventureros consiguen que sus heridas se cierren, cuando la piel se recompone, cuando uno y otro empiezan de nuevo a contemplarse como Narciso en el agua. Esto exige mucha paciencia, un gran culto al tiempo. En el amor hay que cuidar el tiempo".(...) "Se observa claramente que no existe tiempo sin amor. El tiempo es amor por las pequeñas cosas, por los sueños, por los deseos. No se tiene tiempo porque no se ama lo suficiente. Se pierde el tiempo cuando no se ama. Se olvida el tiempo pasado cuando no se tiene nada que decir a nadie".

17 de mayo de 2014

Amor a primera vista, Wisława Szymborska

Wisława Szymborska
Ambos están convencidos
de que los ha unido un sentimiento repentino.
Es hermosa esa seguridad,
pero la inseguridad es más hermosa.

Imaginan que como antes no se conocían
no había sucedido nada entre ellos.
Pero ¿qué decir de las calles, las escaleras, los pasillos
en los que hace tiempo podrían haberse cruzado?

Me gustaría preguntarles
si no recuerdan
-quizá un encuentro frente a frente
alguna vez en una puerta giratoria,
o algún "lo siento"
o el sonido de "se ha equivocado" en el teléfono-,
pero conozco su respuesta.
No recuerdan.

Se sorprenderían
de saber que ya hace mucho tiempo
que la casualidad juega con ellos,
una casualidad no del todo preparada
para convertirse en su destino,
que los acercaba y alejaba,
que se interponía en su camino
y que conteniendo la risa
se apartaba a un lado.

Hubo signos, señales,
pero qué hacer si no eran comprensibles.
¿No habrá revoloteado
una hoja de un hombro a otro
hace tres años
o incluso el último martes?

Hubo algo perdido y encontrado.
Quién sabe si alguna pelota
en los matorrales de la infancia.

Hubo picaportes y timbres
en los que un tacto
se sobrepuso a otro tacto.
Maletas, una junto a otra, en una consigna.
Quizá una cierta noche el mismo sueño
desaparecido inmediatamente después de despertar.

Todo principio
no es mas que una continuación,
y el libro de los acontecimientos
se encuentra siempre abierto a la mitad.

14 de mayo de 2014

Acantilados, Flavia Ricci

Debo decir
que entre Mar del Plata
el libro de Mario Morales
y vos
lo único que echo de menos
sos vos
porque Mar del Plata
porque el libro de Mario Morales
todo
todo eso
está siempre ahí
Pero mirando la tapa
la triste tapa del libro
debo decir
que no es Mar del Plata
ni la triste tapa
lo que me hace sentir esto
esto que llamo decepción

y debo decir entonces
que guardaré todo aquello
en solitario
sin llanto ni sonrisas
recojo todo en silencio

Entiendo
que no es Mar del Plata
ni la triste tapa del libro de Mario Morales
lo que me ha dejado
un poco sola
un poco pensando.

Allá, en mis acantilados
donde me refugio sola
con libros
de todos
donde te pienso
o pensaba

No es Mar del Plata
no es Mario Morales
lo que me ha dejado
un poco sola
un poco pensando.





Dos poemas, Robert Walser

El retiro

Tú ve allí, que allí todo
es fácil, quiero decir que estando allí
no necesitarás nada, y te sentirás bien contigo
siempre. Todo lo mejor
estará en y junto a ti, y todo alrededor
será claro, y también tú serás clara,
de tal modo que estarás eternamente
satisfecha contigo y con el mundo,
y de acuerdo con la vida.
Allí la tierra es verde y marrón
Y blanca como una alfombra, y si quisieras
Flores, bien, creo que también allí florecen,
Y que tampoco falta un cielo azul.
Trinan los pájaros en las ramas,
Y tienen mesas y sillas en todas partes
para que puedas dibujar
en una hoja de papel
todo cuanto sientes,
si es que te apetece
semejante pasatiempo. Pero más te gustará
descansar y entregarte al pensamiento
y soñar y sentirte sólo bien.
Tú ve. El lugar
se encuentra fácil. Si quisieras,
te podría acompañar;
así podremos los dos
alegrarnos de lo ameno
y hartarnos de observar lo bello,
sólo tienes que confiar en mí.
Seguro que encontrarás sólo
lo que quieres y que no pasará nada
que no pueda hacernos felices.



Como siempre

La lámpara aún sigue ahí
la mesa también sigue ahí
y yo sigo en la habitación
y mi Anhelo, ah,
como siempre, aún suspira.
Cobardía, ¿sigues ahí?
y Mentira, ¿también tú?
escucho un lejano sí:
la infelicidad aún está ahí
y en la habitación hoy,
como siempre, estoy.

No es no, Flavia Ricci

No es, vos sí y yo no
No es, vos no y yo sí
No es, vos sí y yo también
Es vos no ....
según escuché
que decías

y yo ...
entonces ...

tampoco.

Pero en cambio
Si vos fueras sí
Ahora
Aunque no mañana
Lo preferiría
A tu no de hoy
y tu sí de mañana
Mañana no sé
Mañana no entiendo
Es ahora más ahora
Lo que me lleva al sí.

Pero no es, vos sí y yo no
Ni es vos no y yo sí
Es un entonces, habida cuenta
de lo dicho
y escuchado

tampoco ....
tampoco yo.

12 de mayo de 2014

Mar del Plata, Flavia Ricci

Mirar




Explorar

Elegir

Acción, Flavia Ricci

De este otoño cada vez más frío
del aroma del café
de verte y mirarte
y volver a verte
y señalarte
y sonreír por vos
de todo eso
nada puedo decirte
nada
más que sumergirme
en la profundidad de tus ojos
y moverte el pelo con una mano
y no poder dejar de mirarte
para conocerte
en silencio.
Nado, como nadan los buzos en las profundidades
un silencio enorme me rodea
pero te miro a los ojos y sos vos.
Sin dudas.

No te nombro
no te explico
no puedo decir nada
y enmudezco

Prima el signo de interrogación
la ecuación que no despejo
las noches del quizás
las palabras porque sí
como si el tiempo fuera nuestro
como si ...
como si nada,
cuando lo es todo.

Permitime decirte que
abrazo por abrazo
beso por beso
mirada por mirada
sonrisa por sonrisa
y aunque te haya desvestido y vos
después de lo que para mí fue todo
y quizás para vos nada
tímidamente vuelvas a vestirte
y apoyes tus manos distraidamente
para que yo fije mis ojos en cada uno de tus dedos
y sonría sabiendo que nada es porque sí
y todo un torbellino de emociones
me deje sin palabras
con un gran escalofrío que me recorre la espalda.

Permitime decirte que una vez
noté la firmeza de tu mano
agarrando la mía
de forma imprevista
La decisión de tu parte
lo que querías
eso noté.

Permitime decirte
que si vas a volver a desvertirte
voy a necesitar más tiempo
para abrir los ojos
después de todo eso
que para mí es todo
para regresar de donde me he ido
tan lentamente, tan solamente con vos
como cuando con un abrazo lo decís todo
aunque yo no entienda
si es el mismo todo
después de todo eso
que para mí es todo
y quizás para vos, nada.


11 de mayo de 2014

Es allí donde voy, Clarice Lispector

Más allá de la oreja existe un sonido, la extremidad 
de la mirada un aspecto, las puntas de los dedos un 
objeto: es allí a donde voy.

La punta del lápiz el trazo.

Donde expira un pensamiento hay una idea, en el 
últi­mo suspiro de alegría otra alegría, en la punta de 
la es­pada la magia: es allí a donde voy.

En la punta del pie el salto.

Parece la historia de alguien que fue y no volvió: es 
allí a donde voy.

¿O no voy? Voy, sí. Y vuelvo para ver cómo están las 
cosas. Si continúan mágicas. ¿Realidad? Te espero. 
Es allí a donde voy.

En la punta de la palabra está la palabra. Quiero usar
la palabra «tertulia», y no sé dónde ni cuándo. Al 
lado de la tertulia está la familia. Al lado de la familia 
estoy yo. Al lado de mí estoy yo. Es hacia mí a donde 
voy. Y de mí salgo para ver. ¿Ver qué? Ver lo 
que existe. Des­pués de muerta es hacia la realidad a 
donde voy. Mien­tras tanto, lo que hay es un sueño. Sueño 
fatídico. Pero después, después todo es real. 
Y el alma libre busca un canto para acomodarse. Soy 
un yo que anuncia. No sé de qué estoy hablando. Estoy hablando 
de nada. Yo soy nada. Después de 
muerta me agrandaré y me esparciré, y alguien dirá 
con amor mi nombre.

Es hacia mi pobre nombre a donde voy.

Y de allá vuelvo para llamar al nombre del ser amado 
y de los hijos. Ellos me responderán. Al fin tendré una 
respuesta. ¿Qué respuesta? La del amor. Amor: yo 
os amo tanto. Yo amo el amor. El amor es rojo. Los 
celos son verdes. Mis ojos son verdes. Pero son 
verdes tan oscuros que en las fotografías salen 
negros. Mi secreto es tener los ojos verdes y que
 nadie lo sepa.

En la extremidad de mí estoy yo. Yo, 
implorante, yo, 
la que necesita, la que pide, la que llora, la que se 
lamen­ta. Pero la que canta. La que dice palabras. 
¿Palabras al viento? Qué importa, los vientos las 
traen de nuevo y yo las poseo.

Yo al lado del viento. La colina de los vientos aullan­tes 
me llama. Voy, bruja que soy. Y me transmuto.

Oh, cachorro, ¿dónde está tu alma? ¿Está cerca de tu cuerpo? 
Yo estoy cerca de mi cuerpo. Y muero len­tamente.

¿Qué estoy diciendo? Estoy diciendo amor. Y cerca 
del amor estamos nosotros.

Otra no sabe lo que sé, Cecilia Dulcey

Otra no sabe lo que sé:
que por el amor se propala la vida
en la inminencia del relámpago
de intenso placer sin consuelo
en el desbordarse de las almas y los cuerpos.

Otra no sabe lo que sé:
que la entrega es alegre como una mañana
repleta de espigas de dorado trigo
esplendante al sol
radiante y única
irrepetible y tácita en los adioses
y en su final de soledad.

Otra no sabe lo que es:
que al estar en mí
alcanzas el dominio de la vida,
el imperio de la verdad,
el cumplimiento del ensueño eterno,
unidos por un amor indómito y pasajero,
entrelazados en un abrazo sin destino.

Otra no sabe lo que sé:
la predisposición a la nada,
al olvido, al no ser,
por la provisionalidad del tiempo
y de los sueños del amor,
por la profundidad del deseo
y su misterio indevelable

donde nos sumergimos.

9 de mayo de 2014

Las distancias no existen, existen los tiempos entre dos encuentros, Flavia Ricci

Las distancias no existen, existen los tiempos entre dos encuentros. Y cuando no llega el primero, ni siquiera existe distancia, porque la distancia no existe, sino los tiempos entre dos encuentros. De manera tal que producido el primero, y en caso de no haber otro, ni otros, o quizás prolongarse mucho el tiempo entre el primero y el siguiente, no existe la distancia, solamente y quizás los tiempos, entre dos encuentros, probables, o quizás certeros. Que dicen, o que callan, lo acuciante de esos encuentros, lo importante del primero. O quizás lo necesario del olvido, para impedir los demás. No, no hablen de distancias, no me hablen del olvido. Lo que hay siempre es tiempo, ese tiempo entre dos encuentros. Certeros, o quizás huidizos.

Sugerencias para disfrutar sensaciones, Flavia Ricci

Llegar a casa un día lluvioso, lo más húmedo posible, al anochecer,
mojada de pies a cabeza.
Quitarse desprolijamente la ropa
Poner la cafetera sobre la hornalla
(previo haber encendido la hornalla con un fósforo,
el cual debe soplarse suavemente y con los ojos cerrados,
sin apretar los párpados).
Ducharse ligeramente con agua caliente
Ponerse ropa cómoda
Servirse el café en un jarrito personal
de tamaño mediano
Sentarse en una superficie mullida
probar el café (medida, un sorbo tímido)
Apoyar la espalda, colocar la cabeza hacia atrás
cerrar los ojos (otra vez, sin apretar los párpados)
Escuchar, por ejemplo, esta canción
Y pensar en ella
Y pensar
En ella
Ella




7 de mayo de 2014

Word, Flavia Ricci

La palabra vuela, ligera, en el aire
La palabra nombra
La palabra revela
La palabra arde, o quema
o acaricia
La palabra vacía
así de simple
una palabra
porque sí
y de repente
con animarse
la palabra sale
convencida
valiente
dispuesta
da un paso adelante
y nombra
con precisión
lo que quizás bordeó la mirada
y no se atrevieron las manos.
Y es entonces,
donde se disponen
todas las miradas
todos los abrazos
todos los besos
las noches y los días
detrás de esa palabra
tan aparentemente ligera
que volaba por los aires
como muchas veces vuela mi mente
cuando imagino que sos vos
quien va a mencionarla.

6 de mayo de 2014

Dos poemas, S. Barei

Quiero aclarar
y confieso:

la palabra
puede ser
una mala costumbre
una equívoca alarma
el falso testimonio
que encubre cada mañana
la loca memoria
de inútiles batallas
el lugar de la muerte
el lugar de la herida
los códigos del alma
máscara y poesía.

No hay nada
más honesto
que el silencio.


El espejo II

Aquí
de pie
me despojo
de amores corroídos

límites forzosos
ausencias explicables
súbitas inundaciones
y nuevamente recompuesta
salgo
a creerme imprescindible.