31 de octubre de 2012

Pasado imperfecto, Flavia Ricci

Acaso a veces se crea que hablar de los demás no es hablar de nosotros mismos, cuando una de las pocas cosas que hablan de nosotros, es hablar de los demás. Hablame de vos, hablame de aquellos y aquellas que estuvieron antes que yo en tu vida, y que quizás hoy en día aun estén. Hablame de vos, a través de esos otros con quienes compartiste parte de tus días, tus ilusiones, fracasos, sueños, desamores. Hablame de vos, es la única forma de construir un nosotros. Te hablaré de mí, sabiendo que dentro de mí hay otros, anteriores, a vos. Me hablarás de vos, sabiendo que antes de mí hay otros. Hablaremos de vos y de mí. Y será a través de esos otros y otras que podremos construir un nosotros. Es, de alguna forma, gracias a los otros y otras que no están, que forman parte del pasado, un pasado tuyo, un pasado mío, que ahora, hacia adelante, hay un futuro, un futuro nuestro.

18 de octubre de 2012

Frenar, Flavia Ricci

Frenar, de golpe, de repente
Ir corriendo y frenar
aunque duelan las piernas
aunque se fuercen los músculos
frenar
quizás sin chocar
o habiendo chocado
cerrar los ojos,
sentir el viento
abandonarse
dejar lo conocido
por lo desconocido
dejar las caras familiares
por las que no reconocemos
Frenar
quizás habiendo chocado
o no, pero frenar
vuelvo en mí
me despierto
no sé qué dije
no sé con quién
no sé qué hacía
abro los ojos
vuelvo en mí
freno
freno a tiempo
me reconozco
soy yo.

12 de octubre de 2012

La ley tu ley, Juana Bignozzi

dispuesta a creer que me han amado
incapaz de saber si he amado
--entendámonos, entregada, perdida, sin rescate--
aún quisiera comprender el amor de los hombres
 hombres que vuelven o permanecen y repiten su pasión
aún quisiera llegar a saber qué rostro ven en el mío
en ese momento de extrañamiento que llaman pasión.

8 de octubre de 2012

Remolinos, Flavia Ricci

Antes me seducían los remolinos
Los montaba y hasta a veces los domesticaba
Nadaba en medio de ellos, 
me arrojaba al vacío con los ojos cerrados
y poco a poco los abría y disfrutaba
ahora no
no quiero los remolinos
no me seducen ni me llaman
sé que están ahí
pero digo no
no quiero los remolinos
ni los tuyos ni los míos
estoy en paz.

7 de octubre de 2012

Lisa y llana, Flavia Ricci

Y yo, con mi torpeza habitual, voy mostrándote fases y formas que no estaban en tus planes.
Como una forma de retenerte voy desnudando formas de ser, quedando expuesta
Sin saber, sin medir, que para vos es un juego
En donde me llevás de mi superficie lisa y llana a la tuya
rugosa
yo quiero escaparme y te dejo
con mi torpeza habitual
me escabullo
dejándote sí
mis fases y formas
esas que quizás no te den tanta gracia
pero que también son mías
esas que finalmente
me muestran vulnerable
esas que buscan una respuesta
que no llega
o si
Con mi torpeza habitual me fundo y confundo
en un estado que no sé si era el mío
seguramente no
pero me sirve
para refugiarme y tratar de olvidarte
y entonces ya no sé lo que quise, quiero o querré
simplemente he caído en una superficie
entre lisa y rugosa
entre tuya y mía
en cualquier caso desconocida
con mi torpeza habitual.

5 de octubre de 2012

No me interesa, K. Gibrán

No me interesa saber a qué te dedicas
Quiero saber qué es lo que añoras
y si te atreves a soñar
o alcanzar lo que tu corazón ansía.


No me interesa saber qué edad tienes
Quiero saber si te arriesgarás
a parecer un loco por amor, por tus sueños,
por la aventura de estar vivo.


No me interesa saber qué planetas están cuadrando tu luna
Quiero saber si has tocado el centro de tu propia pena,
Si has estado abierto a las traiciones de la vida
O te has vuelto marchito y cerrado por miedo a más dolor.


Quiero saber si te puedes sentar con dolor, tuyo o mío,
sin moverte para esconderlo, diluirlo o arreglarlo.
Quiero saber si puedes estar con alegría, tuya o mía,
y si puedes danzar libremente y dejar que el éxtasis te llene
hasta las puntas de los dedos de tus manos y de los pies,
sin advertirnos de ser cuidadosos,
ser realistas o recordar las limitaciones de ser humano.


No me interesa si la historia que me estás contando es verdad,
quiero saber si puedes desilusionar a otros
por ser sincero contigo mismo,
si puedes resistir la acusación de traición
y no traicionar a tu propia alma.
Quiero saber si puedes ser fiel y por lo tanto confiable.
Quiero saber si puedes ver belleza hasta en los días feos,
y si puedes nutrir tu vida desde la presencia de Dios.


Quiero saber si puedes vivir con fallas, tuyas y mías,
y todavía pararte en la orilla del lago y gritar
a la luna llena plateada... ¡SÍ!


No me interesa saber dónde vives, ni cuánto dinero tienes.
Quiero saber si te puedes parar
después de una noche de pena y desesperación,
débil y moreteado hasta los huesos,
y no obstante hacer lo que debes y necesitas hacer
y seguir adelante.


No me interesa saber quien eres, ni por qué estás aquí.
Quiero saber si te puedes parar
en el centro del fuego conmigo sin encogerte.
No me interesa dónde, qué, o con quién has estudiado,
quiero saber si te sostienes desde adentro
cuando todo se cae a tu alrededor.


Quiero saber si puedes estar solo contigo mismo
y si verdaderamente disfrutas la compañía que mantienes
en tus momentos de soledad.

2 de octubre de 2012

Falso territorio, Irene Gruss

Dejó de arder. No el leño
sino el ímpetu,
la gana, lejos, 
allá.
No llego allá. No hay allá.
Lo que importa es que dejó de arder.


FUENTE: http://lamitadelaverdad.blogspot.com.ar/2012/07/falso-territorio.html

1 de octubre de 2012

Espresso, Flavia Ricci

Este sol que sale en la mañana, cuando llego a casa sobre las 8 y me dispongo a preparar un espresso. Ahora que son dos, y me refiero a los espresso, miro una taza y otra alternadamente mientras vos, desde otra habitación, me decís algo. Yo miro hacia el jardín y veo el cerezo florecer, en esta primavera. Yo fui quien te abrí la puerta con una sonrisa de la cual vos sos responsable cada día de mi vida. Es lindo sonreír, es lindo verte cada mañana. Es lindo preparar dos espresso mientras miro, en esta primavera, cómo florece el cerezo del vecino. Y ya no miro al vecino, solamente su cerezo.

Basta, Flavia Ricci

Jamás pude esperar, a menos que en esa espera me dieran tantas palabras que me llenaran los ojos y el corazón. Pocas veces ocurrió, así es que por lo general decido dejar la espera, ni apostar por ella, e ir directamente a la búsqueda de la realidad, de quien está, está cerca de mí con sus palabras, gestos y atenciones varias. Lo demás queda en terreno virtual, me gusta, llena en parte mi vista y corazón, pero no lo dejan pleno.
Jamás pude esperar, aunque lo he intentado
porque por lo general me encuentro con dos palabras que no dicen nada
o que dicen de forma insuficiente
y yo necesito todo
necesito tu presencia
aunque sea con forma de palabras
necesito que esperarte me sirva
necesito que la espera se funda con palabras, melodías y sonidos
necesito que pensarte sea más
que sentirme sola
por eso jamás he podido esperar
porque dejo en manos de los demás mis sentimientos
y no tengo la edad para eso
ni la paciencia
ni el tiempo
ni las ganas
yo quiero decirte esto
esto que siento
cuando estemos cara a cara
y es por eso
que ya no puedo esperarte
porque vos de alguna manera
nunca elegiste estar
ni con tus tiempos
ni con tus palabras
ni con tus gestos
no me basta nada de eso
Y es por ello
que yo nunca he podido esperar.

Silencio, Flavia Ricci

Esa cara, esa sonrisa es la misma que te regala tiempo, poesías y pensamientos. La misma que te mira sin cansarse, la que te piensa sin cesar. La misma cara, esa misma sonrisa es la que va atravesando calles, horas, páginas. La que está sola y con cientos de personas. La que te es fiel e infiel a la vez. La que te dice las cosas que querés escuchar y se guarda las que ella quisiera oír. La que te espera, aún sin poder manejar tiempos y exclusividades. La que se esconde en recuerdos, recónditos recodos de su memoria que afloran traicioneros en la hora menos pensada. La que se mira al espejo y sonríe sin saber por qué. Esa misma cara, esa misma sonrisa es la que te atrae y te atrapa sin que aun la hayas tocado. Esa misma cara, esa misma sonrisa es la que te moviliza en tus horas de sueño y de madrugada, cuando todo comienza a dibujarse. Esa misma cara, esa misma sonrisa es la que da motivo a tu día, aunque sepas que no está a tu lado. 
Pero también, 
esa cara, esa sonrisa, se mezcla en ambientes en donde vos no podés alcanzarla, alejada lo mejor posible de vos, de todo. Se refugia en lugares con personas desconocidas que bailan y se mueven como le gusta. Ve pasar sus días sin pedir nada ni sintiéndose aclamada. Abre los brazos y olvida haberte conocido. Esa cara, esa sonrisa, ese cuerpo que pensó en quedarse de repente se fue, antes de llegar. Caminó, corrió, huyó. Y se esfumaron las palabras, las expectativas, los versos y los deseos. Se fueron de ahí, no están más. Un día. un buen día, dejaste de ser un destino para convertirte en un paisaje más de su composición. Era muy bonito para ser real. Esa cara, esa sonrisa, necesitaban anclarse en algún sitio, gestos, días, noches, especificidades que vos no pudiste o quisiste darle. Así es que simplemente dejaron de estar.
Esa cara, esa mirada ...
Como llegaron se fueron
Y quedaron fotos
y me gusta
nada claro
esa cara, esa sonrisa
se cansó del vacío
se fue, te dejó
o quizás
jamás te había atrapado
eran sólo palabras
y no estuviste a la altura
de la realidad.
Pensaste solamente en vos
así es que ahora
podés visitarla 
mirarla
tocarla
cuando quieras
Con la diferencia
que esa cara, esa sonrisa
ya no son para vos.